En la Edad Media la actividad minera decayó, y la población se concentró en torno al monasterio de San Ginés de la Jara, ubicado al abrigo del cerro del mismo nombre, a los pies de la Sierra de Cartagena y muy cercano al mar. El monasterio atrajo a peregrinos de muy diversa índole, e incluso de distinta religión como la musulmana.

  La fundación e Historia del Monasterio de San Miguel está rodeada de un halo de leyenda y los datos históricos con los que contamos no nos ofrecen una información fiable hasta la Alta Edad Media. Según la Enciclopedia Regional, el monasterio fue construido sobre un viejo eremitorio árabe del siglo X, y su fecha de construcción parece ser anterior al siglo XIII. Alfonso X 'el Sabio' lo declaró un lugar santo y de peregrinación. Como consecuencia de un gran incendio que se produjo en esta zona entre los siglos VIII y IX, (del que se salvó el monasterio) existe una descripción de la abundante y variada vegetación que se extendía en torno al mismo, destacando los árboles frutales, sobre todo los naranjos. Se hace alusión a que el número de vecinos en esa época alcanzaba los dos mil.

  El Monte Miral, llamado así por la evolución de la palabra "mineral" es de gran importancia histórica y cultural, a parte del Monasterio, existen una serie de ermitas y oratorios. En concreto son nueve ermitas dedicadas a varios santos: San Pablo, San Hilarión, San Antonio Abad, Penitente Magdalena, San Jerónimo, al Niño Bautista, San Onofre, la de los Ángeles y San Francisco, de las que sólo se conservan cinco en pie.