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     Las fiestas más antiguas de esta diputación van ligadas a San Ginés de la Jara y al monasterio del mismo nombre.

     El Rey Alfonso X declaró el monasterio lugar santo y de peregrinación, en consecuencia se produjo cierta afluencia de peregrinos y los monjes agustinos ,primero, y los franciscanos ,después, se instalaron en dicho templo.

     En 1541 el papa Paulo III concedió culto y oficios religiosos al monasterio, así como la advocación de San Ginés de la Jara; fijándose su festividad el 25 de agosto. Fecha en la que, además, se celebraba, desde muy antiguo, una feria en los alrededores del templo, cuya duración abarcaba desde finales de agosto hasta principios de septiembre.

     En 1599, Clemente VIII concedió el jubileo perpetuo, produciéndose el momento de mayor esplendor en el culto a San Ginés en 1677 cuando el Concejo de Cartagena nombró a este santo Patrón de la ciudad y de la Comarca.

     Al parecer fue un hecho fortuito (según la tradición), como señala Casal Martínez, tras una epidemia el Consistorio creyó oportuno pedir clemencia al patrón de la ciudad, pero nadie sabía quién era. Metieron en una cántara los nombres de varios santos y sacaron uno al azar. Por tres veces, San Ginés de la Jara fue el elegido.

     A partir de este momento las romerías se intensificaron, y cada 25 de agosto se celebraba una misa, con sermón y música, que era pagada por los fondos comunales.

     Otro suceso curioso que afectó a esta tradición tan antigua es, como señala Federico Casa, la cronista de Cartagena, el hecho que en el siglo XVII a veces la feria se interrumpía a causa del desembarco de piratas berberiscos que hacían huir a los feriantes, mientras los frailes preparaban arcabuces para rechazar el ataque.

     Esta festividad se celebró cada año hasta 1835 cuando el monasterio sufrió su declive final y los monjes abandonaron el convento. Ya comenzado el siglo XX, y ante el fervor que tradicionalmente despertó en la zona este santo, se recuperaría la romería.