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La zona norte de El Paretón está constituida por suelos de vega formados a partir de materiales transportados por el río Guadalentín y las ramblas que en él desembocan. La capacidad de retención hídrica oscila alrededor del 25% y su permeabilidad es bastante elevada. Son suelos profundos con un nivel freático, antaño próximo a la superficie y hoy en día profundo, debido a la sobreexplotación del acuífero por medio de pozos.
La zona sur de la diputación presenta suelos pardo-calizos profundos, con costra caliza. Están formados sobre sedimentos del Plioceno y Pleistoceno. Tienen una capacidad de retención hídrica moderadamente alta y los índices de permeabilidad son muy altos. La posibilidad de establecer cultivos es escasa o nula si no se les somete previamente a un proceso de roturación. En secano soportan bien almendros, algarrobos y paleras y en regadío toda clase de plantaciones herbáceas y arbóreas.
El paisaje más singular de El Paretón son las lomas (pequeños cerros) y ramblas sobre los que se establece esta diputación totanera. Junto a ello, el río Guadalentín, cuyo cauce medio cruza el municipio de Totana.
Se trata de un curso de agua típicamente mediterráneo. Está seco la mayor parte del año, aunque en el pasado, al no estar regulado, solía desbordarse en primavera y otoño. Algunas de esas riadas fueron muy destructivas. Esa secular relación entre la escasez o la abundancia extrema de agua es lo que ha dado fertilidad a las tierras de El Paretón, siendo la quintaesencia de este lugar.
