Mortí

Mortí se encuentra en las cercanías de las estribaciones de Sierra Espuña, muy cerca de uno de los puntos de interés de todo el relieve, el Santuario de La Santa. Se trata de un territorio de tipo bético y de suelo calizo que se va enriqueciendo en minerales conforme se sube desde Mortí de Abajo hasta Mortí de Arriba y los alrededores del santuario.

Espuña, que deriva de la antigua Aspuña, es un territorio que emerge en la geografía del Guadalentín y que comparten los municipios de Totana, Aledo, Mula, Alhama y Pliego. Una naturaleza preservada desde los esfuerzos del XIX de don Ricardo Codorniú y que hoy día es un punto de referencia para los amantes de la naturaleza.

El territorio de Mortí, entre las estribaciones de Espuña y el Valle del Guadalentín, se caracteriza por mantener un bosque y sotobosque de tipo mediterráneo. Los suelos mantienen tanto cultivos de secano como de regadío, siendo la parra de uva de mesa el principal de sus cultivos en las zonas llanas. El territorio forma parte de glacis óptimo para el cultivo y su territorio ha disfrutado de recursos hídricos suficientes por medio de nacimientos de agua excedentes de las zonas altas de la sierra.

Por un lado se exhiben las áreas de llanura, donde se centran los cultivos de uva de mesa y por otro las áreas arbóreas de cultivo de cítricos, y en las zonas de los huertos debemos añadir los ejemplares centenarios de árboles silvestres u ornamentales. Subiendo ya a la santa, la gran masa forestal de coníferas, principalmente de pino carrasco, en un terreno rico en hierro y de color pardo rojizo.

Como ya hemos señalado Mortí ofrece dos ámbitos naturales distintos, el de las llanuras de cultivo de parra, llanuras ubicadas entre pequeños relieves y los ámbitos residenciales que se extienden en el territorio de subida a la Santa.

Además de los cultivos de uva blanca y la vegetación de matorral asociada, predomina un arbolado, en ocasiones denso, compuesto por frutales de regadío, generalmente cítricos, y cultivos de secano, principalmente olivo y ejemplares de algarrobo, higuera y parras. Aún hoy algunas fincas conservan canalizaciones abiertas muy similares a las de la huerta murciana.

Pero además de los árboles de fruto también hay numerosos ejemplos de coníferas, pinos carrascos, pinos piñoneros y cipreses, estos últimos formando muros de ornamentación que esconden los patios de las fincas o los cultivos.

También hay ejemplos de schinus molle o falso pimentero, sauces llorones y araucarias excelsas. Y siempre llama la atención el gran porte de estas especies que forman hermosos jardines que se ven complementados con trepadoras de gran colorido como la buganvilla.

El bosque bajo es el típico mediterráneo, gramíneas, aromáticas como el romero, espino negro, enebro, lentisco, etc. Bosque siempre asociado a las superficies arboladas que se va haciendo más denso conforme se llega al área del Santuario, relieves en los que los pinos carrascos son la principal especie del manto vegetal.

Fauna

En el ámbito de Mortí llama la atención observar advertencias con señales de carretera que nos recuerdan la posibilidad de encontrar animales silvestres a nuestro paso. Sin duda la cercanía de Sierra Espuña, lugar rico en el ámbito faunístico, es determinante.

En Mortí las aves son las más numerosas, es fácil divisar tórtolas, gorriones comunes, abubillas, verderones y carboneros, llegando incluso a divisar el ver de algún azor o gavilán, no olvidemos que Sierra Espuña es lugar ZEPA de protección de aves.

Aunque alejados de su hábitat las señales nos previenen de la aparición de algún muflón o arruí, o incluso algún jabalí, pero lo común, ya subiendo a la Santa es poder ver por los pinos ardillas de Espuña, una subespecie endémica del lugar.

Reptiles como la víbora hocicuda o la culebra bastarda, anfibios como el sapo corredor y mamíferos como el gato montés son algunos de los ejemplos de un ámbito natural transformado por el hombre pero que aún respeta el ambiente rural de los grandes parajes de la Región de Murcia.