La naturaleza de Garres y Lages tiene las mismas características que el biotopo propio del cinturón huertano, áreas de valle y huerta por el lado norte y de montaña en el sur, donde la localidad comparte parte de las estribaciones de la geografía de la Cresta del Gallo, parte del importante macizo de la Sierra de Carrascoy.

La naturaleza de los suelos de esta cordillera sur es propia de las tierras arcillosas de huerta, muy lavadas por las corrientes de avenidas y riadas que durante siglos azotaron estos lugares del municipio que dejaron una tierra rica en limos, óptima para los cultivos de cítricos como el naranjo y el limonero, además de hortalizas y otros frutales como la higuera o el granado.

Flora

Junto a los huertos siempre se desarrolla una vegetación silvestre que es abundante sobre todo en las zonas de canales de riego, ya que las áreas cultivadas sufren una roturación y limpieza continua.

Las cañas de arundo donax son numerosas, muchas veces con una vegetación asociada de correhuelas y campanillas y diversas enredaderas. Los tréboles cubren con su manto la superficie tras algunos días de lluvia, si los hay, y algunas flores amarillas de vinagrillos se pueden ver en primavera.

Junto a todas estos ejemplos típicamente huertanos no se deben olvidar los cipreses y pinos carrascos, especialmente en las laderas del monte y en algunos puntos dispersos, así como ejemplos de viejas palmeras datileras entre los huertos.

Fauna

La fauna que puede observarse entre los huertos, ya que la zona urbana apenas ofrece ejemplos de gorriones o palomas, se centra sobre todo en especies avícolas, ya sean mirlos, tórtolas, abubillas, carboneros comunes o verderones.

Los reptiles son el otro grupo numeroso pero con especies tan usuales en estos medios como las culebras de herradura que siempre disponen, sobre todo en la montaña, de ratones de campo como presas.