Esquema de un ciervo del Abrigo I de Benizar [Moratalla_Benizar]
Esquema de un ciervo del Abrigo I de Benizar
Abrigo de Benizar
Abrigo de Benizar


  El arte esquemático y levantino en los abrigos rupestres de Benizar

  La ubicación geográfica de Benizar es estratégica. Lo abrupto de la orografía y la abundancia de manantiales de agua explican la presencia de vestigios prehistóricos, ya que el ser humano buscaba el amparo de cerros para asentarse y repeler los ataques enemigos. Manifestaciones de tales culturas han perdurado en la zona hasta la actualidad, principalmente en forma de pinturas rupestres. Los Abrigos de Benizar componen un conjunto de oquedades en la roca con pinturas, que se engloban dentro del arte prehistórico levantino y esquemático, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.

  El estilo levantino está datado entre el 6.000 y el 4.000 a.C. aproximadamente y se caracteriza por su naturalismo y escenas de caza. En cambio, el esquemático es un arte de gran simplicidad gráfica a la hora de encarnar figuras humanas y animales, siendo la barra horizontal o vertical la forma más recurrente para representar a las distintas figuras. Cronológicamente se enmarca entre el 4.000 y el 1.000 a.C. (finales de la Edad de Bronce).

  En algunas zonas levantinas ambos estilos parecen tener su origen propio e independiente, pero en otros lugares el arte esquemático asemeja ser una evolución del naturalismo levantino, a través de una progresiva simplificación de sus diseños. En ciertos Abrigos de Benizar se aprecia una estrecha relación entre ambos al compartir el mismo espacio de representación. Cabe mencionar la existencia de una población estable durante el período de revolución Neolítica, atraída por la fertilidad de las tierras, la presencia de fuentes de agua y de acrópolis naturales.

  Dólmenes megalíticos

  En la carretera que une El Sabinar con Benizar, una vez pasada la aldea de Zaén de Arriba y Calar de las Cuevas, aparece el poblado y necrópolis de Bagil, en el Cerro de las Víboras (1.352 m). Según informaciones del catedrático de arqueología Jorge Juan Eiroa se han descubierto en este lugar seis dólmenes megalíticos. El asentamiento se produjo en dos fases: una calcolítica (2790-2130 a.C.), a la que se asocia la necrópolis megalítica y otra del Bronce Antiguo y Pleno (1900-1400 a.C.), con influencia del Bronce argárico y del Bronce manchego. Este poblado fue abandonado a finales del segundo milenio, cuando los nuevos tiempos llevaron a sus habitantes a desplazarse hacia las costas para comerciar con los fenicios.

  Vestigios íberos en las cuevas de Benizar y restos de villas rústicas romanas

  La cultura íbera, encuadrada entre los siglos VII y I a.C., supuso la consolidación de la metalurgia del hierro, así como un desarrollo sin precedentes de los contactos comerciales y culturales en el ámbito mediterráneo. En las cuevas benizareñas se han hallado restos de la cultura íbera y en las proximidades de esta pedanía, concretamente en la zona de Priego, aparece un gran asentamiento con restos esparcidos por sus terrazas. El Castillo de Benizar se levantó precisamente sobre un poblado íbero.

  Las luchas entre cartagineses y romanos en el siglo III a.C. se saldaron con la toma de Cartagena por Escipión (209 a.C.) y el dominio romano de Hispania. La romanización en tierras benizareñas se materializó en forma de villas rústicas y caminos. El descubrimiento de restos cerámicos, numismáticos y arqueológicos en la cercana Priego ponen de manifiesto que los romanos acometieron aquí el mismo tipo de colonización que en el resto del territorio murciano.