En la cuenca que forman los ríos Argos y Quípar, en Caravaca de la Cruz, quedan situadas varias pequeñas poblaciones, una de ellas es Navares. Para acceder a ella, tras abandonar la autovía del noroeste sólo tenemos que seguir la carretera comarcal que nos lleva a Barranda y seguir las indicaciones que nos conducirán hasta Navares.
Navares se sitúa a 810 metros de altura sobre el nivel de el mar, dividida entre dos ámbitos, el de Navares de Abajo y Navares de Arriba, con el relieve cercano a la Sierra de las 
Cabras, en el Macizo del Quípar. Campos dedicados al secano, a los cultivos de cereal y al almendro, son el paisaje habitual de esta geografía.
El devenir histórico de Navares está asociado a otras poblaciones algo más grandes como Singla, la cual tiene documentada su existencia desde el siglo XVI. Las grandes fincas de cultivo, cinco caseríos de antigua fundación, podrían ser el origen de la población, quedando hoy día caseríos y un viejo molino, además de la propiedad de Fuente Navares, como vestigio histórico y patrimonio inmueble de la población.
Los vecinos de Navares disfrutan, además, de unas pequeñas fiestas patronales en enero, dedicándolas a San Antonio Abad, o a San Antón, días de fiesta y hermandad donde no faltan el tradicional arroz y conejo con caracoles.
Con una economía pequeña y de autoabastecimiento, Navares cuenta, sin embargo, con varios mataderos y granjas de ganado, pequeñas factorías familiares y empresas dedicadas a sectores tan diversos como el textil o el de los frutos secos. La agricultura, antaño base de la economía, queda relegada a pequeñas explotaciones familiares.