Iglesia de San Antonio de Padua de Almendricos en Lorca [Almendricos-Lorca]
Iglesia de San Antonio de Padua de Almendricos en Lorca


  La llegada del ferrocarril

  Hacia 1888, la creciente actividad económica relacionada con la minería de la zona animó a la compañía de capital inglés The Great Southern of Spain Railway Company Limited a comenzar la construcción de la línea del ferrocarril, que uniría Almendricos y Águilas. Dos años más tarde este tramo entró oficialmente en funcionamiento con el establecimiento de la estación conocida como El Empalme.

  En 1894 se amplió con trazado del trayecto Lorca-Baza. Los 168 kilómetros de esta línea y la conexión de Almendricos-Águilas fueron explotados por la compañía inglesa The Great Southern, hasta que en 1941 pasaron a integrarse en RENFE. La actividad minera y la estación de ferrocarril auspiciaron el crecimiento económico del pueblo.

  Una planificación colonial

  A principios del siglo XX Almendricos estaba configurada por algunos caseríos en torno a la Estación, en su mayoría pertenecientes a la finca de José Llamas. Otro vecino de los alrededores, llamado José García Egea, emigró desde el cortijo de los Egeas a Cuba, país que le causó una grata impresión en materia de planificación urbanística de tipo colonial.

  A su regreso a Almendricos acordó con José Llamas realizar un trazado coherente para la Diputación, imitando el modelo de calles rectas, manzanas cuadradas y anchas parcelas que había observado en tierras caribeñas. La primera manzana edificada según este criterio sería la de la Casa de Zurano, que albergaba una estancia de comidas para los viajeros del ferrocarril.

  La influencia de la minería

  La concentración de la población en Almendricos, en torno al ferrocarril y a la actividad extractiva, hizo surgir un pueblo de la nada. Los técnicos y personal cualificado de las minas, así como de la línea férrea, eran de procedencia inglesa, por lo que la primera capilla que se fundó en el pueblo perteneció a la religión evangélica. Los yacimientos de hierro se encontraban en la Sierra de Enmedio y desde el comienzo de su explotación hasta el cese en 1922, se obtuvieron dos millones de toneladas de ese mineral. Cuando la rentabilidad del filón decayó, muchas familias quedaron sin empleo viéndose obligadas a emigrar.

  Almendricos en la actualidad

  Sin la actividad minera el pueblo quedó prácticamente abandonado a su suerte, ya que no contaba con servicios médicos. Los maestros carecían de un lugar bien acondicionado, donde impartir sus clases y el panorama económico resultaba desalentador. A finales de la década de los 50' del siglo XX Bartolomé García se hace cargo del puesto de alcalde pedáneo y gracias a sus buenas relaciones con el Ayuntamiento de Lorca consigue en pocos años traer a la Diputación agua corriente, luz eléctrica y teléfono.

  Diego Casanova, que había heredado las propiedades de la familia Llamas, dona generosamente los terrenos para edificar la escuela y otras instalaciones de uso público, facilitando el despegue paulatino del pueblo. En 1985 la crisis generalizada de RENFE provoca el cierre de las líneas más deficitarias, entre las que se encontraba el trayecto Lorca-Baza con parada en Almendricos, que termina por convertirse en un apeadero. El tren con destino a Águilas permaneció gracias a iniciativas populares como el Tren de los Baños, que transporta en verano a un gran número de pasajeros a las playas. Hoy en día, la Diputación de Almendricos presenta una economía basada primordialmente en el sector agrario, aunque gran parte de la población desarrolla su actividad laboral en las vecinas localidades de Puerto Lumbreras y Pulpí.