Sabemos que durante la Edad Media y el dominio musulmán territorios lorquinos del Sur como el de Aguaderas fueron poblados a través del establecimiento de alquerías. Una alquería suponía una explotación agropecuaria, que mantenía una relación de dependencia con el área urbana, en este caso con Lorca. Son conocidas sus alquerías en el entorno, como las de Felí y Tirieza.

  Época cristiana

  Y este territorio árido que, ya en tiempos medievales sufría de escasez de agua y de déficit en sus producciones de cereal, pasaría a manos de nobles tras la Reconquista de Murcia por la Corona castellana. Así, en el siglo XIV, y tras el ascenso político del infante don Juan Manuel, Aguaderas pasaría a manos de su hijo Sancho Manuel, si bien la despoblación del territorio, habitado quizá por una veintena de familias, sería constante. Pero es en marzo de 1452 cuando tiene lugar en la loma de Aguaderas, cerca de la localidad de Alporchones, uno de los episodios bélicos más importantes en la Historia de Murcia y de la propia Lorca.

  La Batalla de los Alporchones

  Tras el ataque en razzias de un contingente musulmán llegado a Lorca desde el reino nazarí de Granada, que arrasó localidades y se hizo con un cuantioso botín hasta casi llegar a Orihuela, el corregidor de Murcia pedía ayuda a Alfonso Fajardo, alcaide de Lorca, para detener a las huestes moras a su regreso a Granada. Y así, mediante un eficaz sistema de mensajería basado en las atalayas de las fortalezas cristianas, un ejército compuesto por 300 caballeros y 2000 infantes aguardó en el campo de Los Alporchones, junto a la rambla de Viznagra, a las tropas musulmanas, que se vieron sorprendidas. Un viernes 17 de marzo de 1452, día de San Patricio, tuvo lugar la batalla que dio la victoria a las fuerzas cristianas y que supuso una gran derrota infligida al reino nazarí.