Talla realizada en madera policromada. Imagen de vestir. Tamaño menor que el natural.

Se trata de la representación de San Pablo de Atenas, también conocido como San Pablo ermitaño.

Cuentan las leyendas que moraba en una cueva, a la cual a diario un cuervo le llevaba un pan tierno. Estaba totalmente dedicado a la oración y a la meditación, por lo que no trabajaba ni realizaba actividad alguna, salvo orar y meditar. Era, por tanto, el cuervo el que de forma milagrosa le proveía el sustento necesario para vivir.

Está representado arrodillado, sobre una roca, con los pies desnudos, sin calzado alguno lo cual es símbolo de pobreza. Es una figura barbada y con cabello largo, tal como iría un eremita. Es una escultura de composición cerrada. Las manos se han colocado juntas, en actitud de orar. Siguiendo la tradición se le ha representado con un vestido de palma. En lo alto en el lado izquierdo se sitúa al cuervo que le trae el alimento cada día.

Fue uno de los primeros eremitas, influyendo mucho en San Antonio Abad.

La tradición narra que en la Tebaida Egipcia fue maestro de anacoretas.


Observaciones

San Pablo de Atenas, nació entorno al 228. Casi con toda seguridad en la Baja Tebaida, zona meridional del Antiguo Egipto.

Según la leyenda tuvo una vida bastante longeva ya que murió alrededor del 341 a la edad de 113 años.


Nombre: San Pablo de Atenas o san Pablo ermitaño.
Objeto: Escultura.
Autor: Roque López.
Fecha: Siglo XVIII.

Ubicación: Eremitorio de Nuestra Señora de la Luz.