Las pepitas de la calabaza se utilizan en medicina natural
Las pepitas de la calabaza se utilizan en medicina natural
Julio Pedauyé Ruiz
calabazas
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Mari Carmen Alpañez Serrano

    La calabaza es un alimento que posee un gran valor diurético y laxante, por su alto contenido en fibras (0,5%) y agua (más del 90%), lo que sumado a muy bajo aporte energético, lo convierten en muy aconsejable en casos de obesidad y estreñimiento.

    También contiene ciertas cantidades de vitaminas A (100-600 UI por 100 gramos) y C (15-25 mg por 100 g).

    En medicina natural se emplea para el tratamiento de la hipertrofia prostática benigna debido a que posee un componente denominado cucurbitacina que actúa sobre la dehidrotestosterona, evitando que esta produzca el aumento de la próstata.

    Al mismo tiempo, al tratarse de una planta con propiedades diuréticas, permite vaciar la vejiga urinaria, paliando los efectos desagradables de esta patología.

    Para alcanzar estos beneficios se aconseja comer semillas peladas de calabaza secas o frescas o tomar jarabe de semillas de calabaza y miel (mezclar semillas de calabaza machacadas sin cáscaras con miel en la misma proporción y comer una cucharada en ayunas cada mañana).

Gastronomía

    Existe una forma bien sencilla y barata de elaborar la calabaza y que resulta muy agradable como postre o alimento bajo en calorías a tomar entre horas: la calabaza asada. Bastará con adquirir una calabaza dulce y tras cortarla por la mitad asarla en el horno a 240ºC hasta que quede blanda, momento que se alcanza cuando la capa superficial está ligeramente quemada (ennegrecida). Podemos aprovechar más el horno e introducir al mismo tiempo unos ricos boniatos.

    Otra preparación tradicional en la Vega del Segura son los buñuelos de calabaza. Para ello, hervir la calabaza con poca agua, dejar enfriar y deshacer. Al agua de cocción agregar levadura, gaseosa, harina y la calabaza deshecha. Trabajar hasta conseguir una masa suave, dejar reposar unas horas y cuando la pasta comienza a subir poner aceite a calentar con una corteza de limón. Se fríen en aceite bien caliente, a molde o manualmente. Estos buñuelos pueden servirnos como vehículo 'secreto' (Caballo de Troya) para introducir la necesaria y saludable fibra en la dieta de aquellos niños reacios a las frutas y verduras.

    Las calabazas también son el ingrediente de platos salados, bien como un ingrediente más de ollas y perolas (olla gitana o arroz y verduras), bien como ingrediente principal, en el caso de los purés de calabaza. Para elaborar un rico y suave puré bastará con cocer la calabaza junto con unas patatas en poca agua y después batir en la misma cacerola incorporando un chorro de aceite, unos quesitos, sal y pimienta. Su sabor dulce/salado y aterciopelado, junto con el fondo de los quesitos (sabor conocido para los niños) y su atractivo color anaranjado convierten este plato en otro Caballo de Troya en la citada batalla de la fibra con los niños.

    Por último, aunque los más jóvenes quizá sólo conozcan el zarangollo elaborado con calabacín, cebolla y huevo; sin embargo, tal y como recoge Juan García Abellán en su libro 'Entre bocado y trago', antiguamente se elaboraba el pisto zarangollo, donde la calabaza tiernísima se citó con la cebolla, con el pulposo pimiento fresco, rojo de color, con el tomate inevitable, para entregarse, para ofrendarse en el aceite y freir.