El estratégico Cerro de Monteagudo, su espléndida panorámica de la Vega Baja del Segura y su proximidad al núcleo capitalino explican el poblamiento ininterrumpido del lugar desde el periodo Eneolítico. Las laderas del Cerro de Monteagudo han desvelado testimonios de la cultura argárica, íbera y romana y han sido testigos del nacimiento de la pedanía.

  Con los árabes vivió un período de gran esplendor, especialmente con el mítico 'Rey Lobo', que erigió el conjunto de fortalezas para proteger la Vega murciana: Castillo de Monteagudo, el Castillejo y Larache. Alfonso X 'El Sabio' se alojó en estas fortalezas, haciéndolas su centro de poder. Con los Reyes Católicos, Monteagudo asistió a una etapa de declive demográfico, pero su Castillo permaneció guarnecido. Durante la Guerra de Sucesión fue baluarte de Felipe V.

  Monteagudo llegó a contar con Consistorio propio, pero pronto volvió a depender del Ayuntamiento de Murcia. En la última centuria se erige en lo alto del cerro el Monumento del Sagrado Corazón de Jesús, hito inconfundible del paisaje de la comarca.


  Fuentes

-Ayala, M., González, J.L., Gutiérrez-Cortines, C. y Segado, A. 'Historia de la Región Murciana'.
-Moreno Traver, J. 'Monteagudo: sus castillos y sus monumentos'. Murcia, 1980.

Agradecimiento a Antonio Hernández Pérez, alcalde pedáneo de Monteagudo, y a Mª Dolores Abellán Nicolás, de la Asociación de Amas de Casa de Monteagudo.