Desde Mazarrón, tomando la carretera en dirección a Morata, y a unos tres o cuatro kilómetros de esta encontramos una pequeña pedanía llamada Leiva.

Sobre un promontorio, situado en el paraje de Los Vidales, se alza la Iglesia de Leiva, dedicada a la advocación de la Virgen del Carmen.

Nos encontramos con una pequeña plaza delante de la Iglesia, toda en blanco con un banco corrido de obra, barandilla de forja negra y un gran árbol.

De frente, la Iglesia, una pequeña construcción, de planta de cruz latina, con cubierta a dos aguas y, en el lado derecho, una vivienda adosada.

La fachada, siguiendo la misma línea de sencillez, no presenta grandes ornamentos, un portón de madera da acceso al templo, sobre él y en azulejo la imagen de la Virgen del Carmen y el nombre del lugar.

A ambos lados unas pequeñas farolas ancladas a la pared, y coronando todo ello una espadaña sencilla con campana y una pequeña y fina cruz, de metal en color negro.

Todo ello realizado en pared de fábrica pintada en color blanco, el único elemento decorativo que resalta es un falso zócalo,  marcado con pintura de color salmón, elemento que continua para enmarcar la puerta principal.

Esta Iglesia se construyó sobre una ermita que fue destruida durante la Guerra Civil. Fue en el año 1941 cuando se coloca la imagen de la Patrona de Leiva  en una hornacina, el momento que marque el final de la reconstrucción para inaugurarse un año después.

Ha sufrido reparaciones en distintas momentos, siempre costeadas por  generosas donaciones.