Leiva

Fernando Bravo-Villasante y Gómez

Las vicisitudes empresariales del Coto de Fortuna, cercano a Leiva, tuvieron en un ingeniero de Mazarrón, a uno de sus impulsores. Nació Fernando Bravo-Villasante en Mazarrón en 1860 y era primo, por parte de madre, de otra conocida personalidad de la historia de Mazarrón, el General Gómez Jordana.

Tras sus primero estudios se trasladó a Madrid para ingresar en la Escuela Oficial de Ingenieros de Minas de Madrid. Destacó en esta institución docente por sus calificaciones en materias tan exigentes para la titulación como las matemáticas y la física, terminando la carrera el 31 de octubre de 1884 tras obtener la primera plaza de su promoción, la LXI Promoción de Ingenieros de Minas.

En 1886 fue destinado al distrito minero de Murcia para realizar prácticas y poder ingresar, a través del Ministerio de Fomento, en la Comisión de Desagüe de la Sierra Almagrera de Almería.

Sus conocimientos técnicos, unidos a sus intensas inquietudes intelectuales, lo llevaron a publicar en 1891 la obra histórica y científica La Industria minero-metalúrgica en Mazarrón. Esta obra formaría parte de sus diversas publicaciones y artículos, así como colaboraciones científicas, siempre mostrando en sus trabajos de investigación un gran rigor.

Su prolífica actividad en el campo de la minería promovi que en 1898, tras estudiar algunos los informes y valoraciones técnicas de Bravo Villasante, se creara en Bilbao la  Sociedad Fortuna, destinada a explotar los recursos mineros del Coto Fortuna.

Contratados los servicios de Bravo Villasante por la Sociedad Fortuna, esta realizó una inversión de cinco millones de pesetas en la zona. El 11 de diciembre de 1901, se inaugurarían oficialmente, y de manera solemne, las instalaciones mineras. Los primeros golpes de pico los dio Vicente Kindelán, ingeniero delegado de la jefatura de distrito, estando presentes el por entonces alcalde de Mazarrón, Francisco Vera Navarro, el diputado provincial Ginés Paredes Lardín y un buen número de autoridades y personajes ilustres de Mazarrón.

Bravo-Villasante tuvo que abandonar la Sociedad Fortuna al ser requerido por el Ministerio de Fomento y ser nombrado Jefe del Distrito Minero de Murcia, cargo de gran importancia y que alternaría con otros requerimientos oficiales, como un viaje a Bolivia para visitar y valorar las minas de plata explotadas por empresas españolas.

Tras este cargo sería nombrado Delegado Regio de Carbones, cargo de gran responsabilidad, pues implicaba el reparto equitativo de los beneficios de la industria del carbón, fuente energética principal del país.

Aunque llegó a ser propuesto como Ministro de Fomento, en  reconocimiento a su labor, rechazó el cargo aduciendo su delicado estado de salud y su falta de interés por el mundo de la política.