Poniendo las herraduras al sacerdote [rebuznos]
Poniendo las herraduras al sacerdote
Tomás García

     Un hecho muy característico y muy localizado es la tradición de los rebuznos que se realiza en el pueblo de Balsicas (Mazarrón – Murcia). Curiosa la manera de celebrar los Santos Inocentes a la salida de la iglesia en la que la figura del cura representa el inicio del ritual festivo de esta fiesta:

La tradición de los rebuznos se remonta a más de 200 años, y es la fiesta más antigua de la comarca mazarronera. Todo comenzó cuando se terminó de construir la pequeña ermita de Balsicas, situado en lo más alto de la colina. Los vecinos organizaron una fiesta para celebrar el final de las obras, junto a ellos los burros que habían servido para subir los materiales de la obra se encontraban descansando bajo una pinada cercana. Todos los asnos menos uno, que se mezcló entre los invitados y que no dejó de rebuznar. Vecinos e invitados a la celebración comenzaron entonces a imitarle, y desde entonces, y a modo de reconocimiento por el trabajo de los animales de carga, sin cuya ayuda no se podría haber realizado las obras” (La Verdad, 28 de diciembre de 1998).

     Tras terminar la misa del día de los Santos Inocentes, comienza la fiesta de los rebuznos; los rebuznadores van ataviados como si fueran el personaje del inocente con tijeras de esquilar, un gran peine, una herradura, púas, martillo... pero la fiesta no comienza hasta que se da el primer rebuzno que se lo lleva el cura de Balsicas en la puerta de la iglesia. Para ello tenemos una noticia que nos ilustra este curioso evento:

La localidad recupera este año una tradición que se remonta a más de 220 años de antigüedad.

La pedanía mazarronera de Las Balsicas, enclavada en el valle del Mingrano, va a recuperar este año su tradicional y popular Fiesta de los Rebuznos, después de no celebrarse durante varios años por falta de personas que rebuznen.

La comisión de fiestas ha tenido que acudir a personas mayores, conocedoras de los rebuznos, y han tenido que ser los mismos rebuznadores de antaño, como el famoso Paco el Ministro, Bartolo el Tabilla o Paco el Choto y su cuadrilla, quienes den continuidad a esta tradición que se remonta a más de 220 años y que se transmitía de padres a hijos. El día grande de la fiesta se celebra el 28 de diciembre, aunque también hay actividades organizadas para los días 24 de diciembre y 3 de enero.

El origen de la fiesta se remonta a la época en la que fue inaugurada la pequeña ermita en honor a la Purísima Concepción, situada en la cima de una colina.

Los albañiles utilizaron varios burros para subir el material a tan complicado lugar. Al terminar la construcción de la capilla, y para celebrarlo, los vecinos organizaron una comida en el lugar, donde los burros sesteaban bajo los pinos, exhaustos por el trabajo realizado.

Todos los burros menos uno, que retozaba y rebuznaba. Ante la actitud del animal, los jóvenes con ganas de broma empezaron a imitarle. Aquella anécdota fue recordada al año siguiente y después, año tras año, hasta convertirse en lo que actualmente es la fiesta.

Los rebuznadores utilizan un sombrero con cintas de colores y van equipados con unas enormes tijeras de esquilar, un gran peine, una herradura, púas, martillo.

La ceremonia comienza con el rebuzno al oído del personaje elegido, después se realiza el esquilado al invitado como si de un burro se tratase. A continuación se peina al elegido y, para finalizar, se le da una coz”.