Con paso firme, aaarrr!!!

Peazo de proa del barco anterior [Cartagena marinera]

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    Dejamos en esta ocasión las visitas civiles y nos dedicamos a nuestra armada española. Subida al autobús, como siempre,  esta vez dirección a Cartagena. Con no pocos esfuerzos por parte del conductor logramos franquear la entrada al Arsenal.

    En un día extraordinario de mar y cielo, precioso-precioso, acompañados en todo momento y, vigilados, por personal militar, incluso para hacer pis, dimos un largo y extenso recorrido por las instalaciones, para después dividirnos en dos grupos, por aquello de controlarnos mejor.(Qué peligro tenemos los jubilados)

    Vimos y fotografiamos debidamente al Hespérides,  patrulleros, submarinos, (no yellow, sino black),  e incluso un barco azul-azul de la AGENCIA TRIBUTARIA ESPAÑOLA, que allí nos estaba esperando (aunque no sabemos a qué ajucarmero le tocaba el turno).

    Nos vieron pelín fatigados y nos abrieron la Capilla “Stella Maris”, para que una vez sentados y como críos de cole, atendiéramos las explicaciones de otro jubilado (militar, por supuesto), sobre la vida, actividad profesional y demás vicisitudes del inventor del submarino: Don Isaac Peral.

    Tras posterior visita a la Base de Submarinos, volvimos a desandar lo andado, nos reunieron a los dos grupos y subimos a un patrullero que estaba próximo a iniciar una misión. Allí, escaleras arriba, escaleras abajo, conocimos los camarotes del personal,  cocina, salas de estar, sala de máquinas, e incluso las maniobras militares que a diario efectúan los guapetones y guapetonas allí destinados.

    Vuelta al autobús y dirección a Tentegorra, donde en el Club de Oficiales (no nos merecemos menos) nos esperaba una suculenta comida: ensalada BIEN, solomillo BIEN, dorada BIEN, postre MUY BIEN (y si pusieron algo más que en este momento no recordamos, BIEN también).

    Comida, en la que en la mesa del Sr. Tesorero se constituyó el “sector crítico” de la asociación, necesario siempre para que una cosa funcione bien. Con exclamaciones sobre la comida, la asociación, los novios, los padrinos, el Rafa… y siempre acompañadas del revuelo de servilletas, dimos por finalizada la comida y ¡¡¡hala!!!, al autobús otra vez con destino al Museo Nacional de Arqueología Subacuática.

    Maravilloso museo, por cierto, con restos arqueológicos encontrados mismamente debajico del agua, y en otros casos réplicas de los pecios (peciosos-peciosos) también encontrados debajico del agua.

    Al salir del museo, desparrame generalizado, a la reportera se le escaparon del objetivo, no la mitad, sino mitad y cuarto, por lo menos, que cogieron piola y no hubo forma de hacer una foto al grupo completo. Después de esperar como tres cuarto de hora (pizca más o menos), aparecieron los“fugitivos”, que se habían entretenido viendo zarpar un crucero grande-grande (igual esperaban saludar al capitán, al contramaestre o a la madre que los trajo al mundo).

    Una vez todos por fin, subida al autobús,p’a Murcia y hasta la próxima, que esperamos disfrutarla.

Autoras: Matilde Llorca y María Eugenia López