El Laboratorio de Arte Joven de Murcia (LAB), espacio dependiente de la Consejería de Cultura y Portavocía, inaugura hoy la exposición ‘Me llamo barro’, en la que Cristóbal Barbero reflexiona sobre el contacto físico como experiencia o pieza artística y trabaja sobre la relación que se crea entre las personas y su entorno, mostrando una obra que habla del lugar, su gente y sus vivencias.

Este es uno de los 11 proyectos seleccionados de la convocatoria de ayudas a la producción de proyectos artísticos para desarrollar en el LAB, y en esta muestra se presentan más de 60 piezas de barro refractario elaboradas con la técnica de registro en la casa donde vivió el poeta Miguel Hernández en Orihuela.

El director general de Juventud, Francisco Sánchez, explicó que “el programa de ayudas a la producción artística realizado desde la Cultura fue creado para apoyar a los jóvenes creadores de la Región en la difusión de su trabajo. Queremos ayudar a nuestros artistas, contribuir a que sus creaciones puedan ser expuestas y a que el público los conozca, y para ello hemos puesto a su disposición las instalaciones del Laboratorio de Arte Joven, donde los diferentes proyectos culturales seleccionados irán tomando forma durante los próximos meses”.

Rescatar la memoria

Cristóbal Hernández Barbero es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Murcia y Máster en Producción y Gestión Artística. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas durante los últimos años y su obra forma parte de colecciones de instituciones como los ayuntamientos de Yecla, San Javier, Fuente Álamo y Murcia y también de la Fundación Gabarrón de Nueva York.

Cristóbal Barbero observa lugares, examinando de cerca su estructura como lenguaje, y trata de capturar con sus obras la identidad del espacio para poder rescatar parte de su memoria. La pieza, a través del contacto físico directo, se contamina de sus formas y absorbe su energía convirtiéndose en reliquia. El planteamiento del proyecto ‘Me llamo barro’ (título que hace referencia al poema ‘Me llamo barro aunque Miguel me llame’) es la relación del hombre con su entorno, centrándose en el poeta Miguel Hernández mediante procesos de registros por contacto físico con la casa donde vivió. Las más de 60 piezas escultóricas que se exponen en el LAB tienen un vínculo directo sobre determinados espacios de la casa y de la arquitectura paisajística con los que Miguel Hernández tuvo contacto real.

Las piezas se plantean mediante registros con barros cerámicos; improntas y calcos de partes de la casa en la que el poeta convivió con su familia de los 4 a los 21 años de edad, y en los que el creador quiere atrapar ciertas energías emocionales de la persona y de la obra de Hernández.

La inauguración de la muestra tendrá lugar a las 20:00 horas en el LAB de Murcia y permanecerá abierta hasta el próximo 8 de mayo. El horario de la sala es de 17:00 a 21:00 horas, de martes a viernes.