Al norte de la ciudad de Murcia se sitúa la pedanía de Espinardo, que hoy, debido al avance de la construcción ha quedado como un barrio más de la ciudad. Apenas a un kilómetro de esta pedanía, se ubica el Cementerio de Nuestro Padre Jesús, cuya inauguración  se remonta a finales del siglo XIX, ante la necesidad de cobijar a los difuntos de una manera higiénica y salubre.

Su construcción se había iniciado en 1883 con el diseño del por entonces arquitecto municipal Rodolfo Ibáñez, las obras duraron cuatro años de forma que el Camposanto quedó concluido en 1887 a excepción de la entrada que se le añadiría años después.

Descripción

El cementerio tendrá forma longitudinal, inscribiéndose con posterioridad una enorme cruz latina, al norte quedará dividido en cinco cuarteles, cuatro para el enterramiento de los pobres y una quinta dedicada especialmente para los niños que mueren sin bautismo.

La parte sur está destinada a fachada principal, con el monumental pórtico de entrada, y dos recintos para enterramientos de suicidas y protestantes.

La capilla se sitúa, hoy, a la entrada del recinto.

La portada, que se realizó según proyecto de Pedro Cerdán, consta de un cuerpo central, con puerta para grandes solemnidades, y dos laterales, con dos puertas en estos para usos ordinarios. A los dos lados de la puerta central, se alzan dos templetes, cada uno de ellos con dos columnas jónicas de estilo moderno, que sostienen, sobre un entablamento, los grandes flameros que coronan la construcción.

Sobre la puerta principal se sitúa el escudo de la ciudad, y sobre el entablamento que recorre toda la puerta, se eleva sobre diversos cuerpos de sillería, escalonados, una cruz de hierro.

El cementerio participa de grandes similitudes con la ciudad, de tal forma que aquí también encontraremos una distribución por clases sociales, según su poder adquisitivo, en los panteones y mausoleos será donde se refleje el poder adquisitivo de las familias y ello dará lugar a que el cementerio se desarrolle en torno a la calle de más elevada categoría, Calle Fuensanta, donde se levantan auténticas obras de arte.