Free cookie consent management tool by TermsFeed Subastas 'on-line' - Región de Murcia Digital
CONSUMO

Subastas 'on

line'

  • Derechos y riesgos para el consumidor

Los consumidores están protegidos por la Ley de Comercio Minorista y la Ley de Garantías. Desde julio de 2002, el consumidor en Internet se encuentra amparado por la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI), que se aplica a todas las actividades que se realicen por medios electrónicos y tengan carácter comercial o persigan un fin económico.

La LSSI asegura la validez y eficacia de los contratos que se celebren por vía electrónica, aunque no consten en soporte papel. Equipara la forma electrónica a la forma escrita y refuerza la eficacia de los documentos electrónicos como prueba ante los tribunales, al atribuirles el mismo valor probatorio que a los documentos que tengan el papel como soporte.

Pero como en muchas de las transacciones realizadas a través de los sitios de subastas en la red los artículos son de segunda mano y las ventas se realizan entre particulares, hay aspectos de estas leyes que no son aplicables.

En una compra a una empresa o a un vendedor profesional, los productos nuevos tienen una garantía de dos años. Los artículos usados pueden tener una garantía inferior, aunque nunca menos de un año. Pero cuando el vendedor es un particular, no le afecta la Ley de Garantías, es decir, no está obligado a ofrecer ninguna garantía sobre el producto. Por lo tanto, en este caso sería conveniente que pactar previamente cuál es la garantía del vendedor en caso de que el artículo sea defectuoso.

Las leyes del comercio minorista tampoco obligan al vendedor particular, por lo que el comprador tampoco se favorece del derecho de desistimiento -que permite devolver el producto-, salvo en el caso de que el vendedor permita voluntariamente cancelar la compra.

  • Consejos

Así pues, por todo lo resaltado más arriba, es necesario tomar más precauciones de las habituales. Destacamos las siguientes:

  • Conocer el sitio web y comprender bien el funcionamiento de las subastas. Enterarse de los derechos y obligaciones que se adquieren al pujar. Averiguar cómo protege la compañía de los fraudes y considerar asegurar la transacción y el envío. Leer la política de privacidad.

  • Identificar al vendedor. Comprobar la valoración de los usuarios, su 'reputación' en las subastas. Obtener toda la información posible sobre el vendedor y contactar directamente con él para preguntar acerca de la mercancía.

  • Conocer el artículo sobre el que se puja: Su valor en el mercado, si es legal su venta, así como todas las condiciones de la venta, incluyendo los lugares de envío, quién se hace cargo de los gastos y la política de devolución.

  • Establecer el precio máximo que se está dispuesto a pagar por un producto y no superarlo. Si no se tiene claro si el artículo merece la pena, o si la descripción no está muy clara, no está de más investigar un poco antes de ofrecer dinero. Las subastas pueden llegar a convertirse en un vicio que crea auténtica adicción. La picaresca –vendedores que pujan por sus propios productos para subir la puja o compradores que lanzan su oferta en los últimos instantes- son moneda de uso común en las subastas “on-line”.

  • No pujar por varios artículos a la vez, pues habrá que pagar por todos los que se ganen.

  • Evaluar las opciones de pago. Utilizar como primera opción la tarjeta de crédito siempre que se pueda porque ofrece la mejor protección en caso de problemas. En toda compra por Internet se debe evitar pagar con dinero en efectivo, ya que no quedará un recibo que demuestre el pago y no habrá manera de resolver los problemas que puedan surgir. Las transferencias bancarias tampoco son recomendables, porque ofrecen poca protección contra los fraudes. Como segunda opción, es interesante el pago contra reembolso.

  • Anotar la información relativa al anuncio (e-mail e identificación del vendedor, número y descripción del artículo) e imprimir una copia de las transacciones.

  • Informar al sitio web si existen sospechas de fraude.

  • Hay que tener mucho cuidado con las transacciones internacionales. Un vendedor extranjero sólo está obligado a cumplir las leyes de su país, no las españolas. La LSSI ofrece una regla para determinar en qué lugar se entiende celebrado un contrato electrónico. Así, si el contrato es con un consumidor, se entenderá celebrado en su lugar de residencia habitual.

En cualquier caso, sería recomendable enviar por e-mail un escrito previo, que serviría como contrato “informal"; especificando el producto (marca y modelo), el precio, las garantías asumidas por el vendedor, la posibilidad de desistimiento, quién pagará los portes, y los plazos (de pago, entrega, desistimiento y garantía). Ese escrito también debe indicar los datos de ambas partes (nombre y apellidos, domicilio, teléfonos de contacto). Si el vendedor acepta ese "contrato", ya se tiene un mínimo respaldo.

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