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Las dietas vegetarianas no son las más saludables, puesto que carecen de minerales necesarios para una alimentación equilibrada, como el calcio y el hierro.
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Las dietas a base de un solo alimento, como la del espagueti, la patata o el espárrago, pueden ocasionar problemas de salud mental y digestivos, dado que quiebran el ritmo alimentario normal.
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En cuanto a las dietas macrobióticas, la lista de inconvenientes es amplísima: Descalcificación ósea, daños renales, altos niveles de ácido úrico y de colesterol, halitosis, sensación de náuseas y estreñimiento.
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La llamada dieta de Montignac, que consiste en no mezclar hidratos de carbono con quesos, embutidos y carnes, genera acetona, un elemento que despliega efectos anorexígenos, con el consecuente desencadenamiento de vómitos, mareos y náuseas.
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Respecto de los productos milagrosos, que se arrogan propiedades estupendas, se ha visto que en ciertos casos incluyen anfetaminas, hormonas tiroideas y sustancias prohibidas.