Algunos productos peligrosos para el medio ambiente son los pesticidas y los clorofluocarburos (CFC), contenidos en algunos aerosoles que debilitan la capa de ozono. La producción y consumo de CFC se prohibieron en la Unión Europea en 1995; no obstante, siguen utilizándose en los inhaladores -dosificadores destinados al tratamiento del asma y de las bronconeumopatías.
En cuanto a las precauciones a tomar, se debe eliminar la sustancia o sus restos como producto peligroso, entregándolos en los lugares de recogida adecuados, para que se pueda proceder a su reciclado. Nunca hay que verter estos productos en el agua y hay que almacenarlos apropiadamente de forma que se impidan escapes o fugas para evitar la contaminación del medio ambiente.