EL REINO BÁRCIDA.
Sobre la presencia de los cartagineses en la Península en la Antigüedad sigue siendo esencial la completa visión de J. M. Blazquez en (BLAZQUEZ, J.M: Colonización Cartaginesa en Historia de España Antigua I, Protohistoria páginas 391-503. Cátedra Madrid. 1980). Blazquez mantiene la idea, defendida desde Polibio, de que la presencia de los cartagineses en España fue dirigida desde Cartago, y se creó así una provincia cartaginesa dependiente del gobierno cartaginés.

Una opinión distinta, que presenta la imagen de un reino dinástico de la familia Barca independiente en PREGO, A. El Reino Bárquida en Cartagena Histórica 13, páginas 5-19, Aglaya. Cartagena. 2005. No es este el lugar para discutir pormenorizadamente sobre esta cuestión, pero baste decir aquí que, aunque es posible que Amílcar Barca llegara a la Península con el apoyo más o menos tácito del senado cartaginés, su yerno Asdrúbal, el fundador de Cartagena, se enfrentó de forma directa con Cartago y actuó de manera absolutamente autónoma, incluso manteniendo relaciones diplomáticas oficiales con Roma como monarca independiente, siguiendo el ejemplo de dinastas macedonios en oriente como los atálidas, los tolomeos o los seleúcidas. Sólo a mediados del siglo II aC, los intereses políticos de Polibio y la familia Escipión creó la imagen de los Barca como instrumento de una guerra de agresión contra Roma que explicarían la 2ª y la 3ª Guerras Púnicas. Para una discusión más detallada ir al artículo de Prego citado más arriba.

Sobre los límites de ese reino o provincia hay que resaltar que son básicamente reconstrucciones eruditas ante la falta de precisión de las fuentes. La localización de lugares como Heliké o Akra Leuke es totalmente desconocida actualmente, por más que una persistente tradición los sitúe en Elche de la Sierra y Alicante respectivamente. Yo personalmente los localizaría en el alto Guadalquivir. Por otro lado, la identificación de los abundantes poblados ibéricos de la región con los topónimos que aparecen en las fuentes es, hoy por hoy, imposible. En cualquier caso, podemos estar razonablemente seguros de la existencia de un territorio que se extendería desde Valencia a Cádiz, bajo soberanía más o menos continua de una monarquía bárcida hasta la conquista romana.
Sobre esa conquista Romana he usado el resumen de José Manuel Roldán, todavía la mejor síntesis de la guerra entre cartagineses y romanos en la Península ( ROLDÁN, J.M.: Cartago y Roma en la Península Ibérica en Historia de España II Hispania Romana. páginas 15-49. Cátedra. Madrid. 1985.).

ROMA. (hipervículo .../atlasdigital/roma.html)
La información fundamental sobre este periodo ha sido obtenida de BLAZQUEZ, MONTENEGRO, ROLDÁN y otros, Historia de España Antigua II, Hispania Romana, Madrid 1985, Cátedra, cuyas conclusiones siguen siendo válidas. También he usado RAMALLO, S; La ciudad romana de Cartago Nova: La documentación arqueológica, Universidad de Murcia. Murcia. 1989, y RAMALLLO, S -ROS, M; Intinerarios arqueológicos de la Región de Murcia, Universidad de Murcia. Murcia. 1993. Sin embargo, debo señalar que me he limitado a consignar las grandes divisiones administrativas, dejando de lado la riquísima temática territorial del mundo romano (territorios coloniales y municipales, villas, santuarios, calzadas, etc.) que espero sean una de las vías de profundización futura de este trabajo.

La cuestión de la identificación de los centros urbanos romanos en la región, muy clara en ciertos casos como Cartagena, Elche, Begastri o Elo, no lo es tanto en ciertos yacimientos para los que no tenemos un topónimo claro (Bolbax, La Alberca-Aljezares), o el caso contrario de topónimos para los que no tenemos restos de época imperial evidente, como Eliocroca o Asso. También existen restos arqueológicos de cierta entidad en lugares como Jumilla, Yecla o Alhama, que parecen más bien áreas rurales con cierta densidad de población que ciudades propiamente dichas.