Sedes Maristas
Vanessa Sarabia
Las circunstancias políticas vividas en Francia, donde se llegaba al apogeo de la escuela laica, fue de gran estímulo para llevar a cabo la institución en Murcia capital. La andadura Marista en Murcia se iniciaría a finales de mayo de 1903, aunque con escasa fuerza y alumnado, fundando su primer colegio en el edificio que fue conocido como “Casa de la Cruz”, que se encontraba situado al principio de la avenida Gran Vía Escultor Salzillo. Tras el derribo de ésta para abrir la avenida, se trasladaría al nº 8 de la calle Frutos Baeza, en aquel entonces calle Trinquete.
El Boletín Oficial de la Provincia de Murcia informa así en la sección de anuncios oficiales en el número 1877 del Instituto General y Técnico de Murcia: “Por D. Carlos María Ruiz, sustituido posteriormente por D. Victorio Bailón Bizcarte, se ha solicitado de la Dirección de este Instituto la apertura de su Colegio de Primera Enseñanza en esta capital y su calle pareja, nº 1, trasladado posteriormente a la del Trinquete nº 8, y en cumplimiento de lo propuesto en el artículo 7 del Real Decreto de 1 de julio de 1902, se insertan a continuación los oportunos documentos…”.
En 1925 adquirirían el convento mercedario de la calle Santo Cristo y en 1927 el Colegio de La Inmaculada, conocido hoy en día como el de “La Merced”, comenzando a impartir clase una vez restaurada la antigua construcción propia que es la que perdura hasta nuestros días y donde se ubica actualmente la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia.
Durante la Guerra Civil española dicho centro fue convertido en hospital de sangre y albergó el hospital militar “Calvo Sotelo”. Al terminar el conflicto, en 1949, los hermanos maristas recuperaron el edificio.
En la celebración del quincuagésimo aniversario de la institución se le fue otorgada la medalla de plata de la ciudad por parte del Ayuntamiento de Murcia en reconocimiento a la labor prestada durante todos esos años.
Hoy en día se puede disfrutar de esta obra arquitectónica de Rafael Castillo, en completa armonía con el paso de los años, formando parte de la historia de Murcia y del paisaje urbanístico de la misma.
Vanessa Sarabia