Puerto de la Cadena (Murcia)
Guíscano o níscalo (Lactarius sanguifluus)
José Antonio López Espinosa

   Hongo con seta comestible, de carne espesa, coloración rojiza-anaranjada, a veces pálida o de tonos verdosos, y relativamente grande, de hasta 15 cm de altura. Pie cilíndrico y céntrico, sin volva, ni anillo, que se rompe como una tiza al partirlo, de 5-8 cm de longitud, con algunas manchas redondeadas características, dispersas. Sombrero cóncavo, a veces algo aplanado, hundido o de aspecto embudado, redondeado, de margen algo revuelto, grande, de aproximadamente 15 cm de diámetro. Himenio con láminas numerosas, decurrentes (que descienden del sombrero sobre el pie) y esporada ocre.

Hábitat y distribución

   En pinares, principalmente de pino carrasco (Pinus halepensis) y rodeno (Pinus pinaster), que cuentan con sotobosque umbrío, rico en humus y  se desarrollan sobre suelos de naturaleza caliza. Crece bajo pinocha (acículas caídas de los pinos) y tapices de musgo, en Murcia habitualmente de musgo estrellado (Pleurochaete squarrosa). Produce fructificaciones aisladas o en corros de brujas, junto a los pinos o, incluso, con frecuencia, bajo encinas cercanas o matorral circundante, aunque las micorrizas se establecen exclusivamente con los pinos y no se encontrarán fuera de bosques maduros de especies del género Pinus. Ampliamente distribuido y común en las formaciones forestales de estas coníferas en la Península Ibérica, particularmente en las de clima mediterráneo. En la Región es frecuente en determinados enclaves de las sierras del Noroeste y Sierra Espuña (Peña Apartada). También puede encontrarse en sierras litorales (Monte de las Cenizas) y prelitorales, en Carrascoy (Majal Blanco) y El Valle (Puerto de la Cadena, El Cerrillar, etc.), aunque en éstas las condiciones ambientales para las fructificaciones no se dan todos los años.

Observaciones

  Hongo comestible y muy apreciado, protagonista indiscutible de las recolecciones de noviembre, sin duda el favorito de los murcianos que buscan setas durante el otoño en la Región, territorio particularmente micófobo, en el que la tradición por consumirlas es escasa y se reduce a la comarca del Noroeste y a unas pocas especies.

  De esta seta en concreto hay afición arraigada de cogerla cada año, siendo un reto hacerlo hasta en grandes cantidades, por la facilidad en su identificación, que es sencilla, puede hacerse sin necesidad de ser un experto, y porque su carne es agradable y sabrosa al paladar. Además, seguramente, se trata de la especie del género Lactarius que tiene mayor calidad gastronómica.

  El nombre de guíscano, como se le conoce en Murcia y Albacete, puede venir acompañado de los adjetivos carrasco o carrasqueño, rojo o de sangre, por la particular frecuencia de encontrarlo junto a las carrascas (encinas) de los pinares y por el látex rojo vinoso que recuerda a la sangre y se desprende al corte con la navaja o simplemente, si la seta es fresca, al manipularla con las manos.

  Esta especie es la más frecuente del género en Murcia, porque presenta marcada preferencia por terrenos calizos y algo más cálidos, mayoritarios en la Región, que L. deliciosus, también llamado guíscano en nuestra tierra, pero que en otros territorios se conoce principalmente como nízcalo o robellón. Lactarius deliciosus, que puede encontrarse también en los pinares murcianos, incluso conviviendo con L. sanguifluus, tiene color zanahoria y una zonación marcada en el sombrero, que no presenta este último.

  Una seta compañera habitual es otra especie de la familia rusuláceas, conocida como chivato (Russula torulosa), de característico color rosado violáceo, con pie y láminas blancas, que delatará la presencia en las proximidades de guíscanos, casi nunca falla. Otro indicador con forma de seta para encontrar guíscanos son los bojines (Suillus sp.). Si son abundantes el terreno es propicio y a las pocas semanas de verlos podremos buscar Lactarius con posibilidades de éxito.

  Favorece la aparición y floradas con numerosos guíscanos que hayan sucedido tormentas importantes en verano y que octubre y noviembre sean particularmente húmedos. Una vez el hongo activa su micelio para producir el cuerpo fructífero, si conocemos rodales donde encontrarlos, sólo habrá que visitar las zonas con setas cada pocos días, sobre 4 o 7, para volver a llenar las cestas, porque las producirá repetidamente, así mientras se mantengan las condiciones óptimas, es decir: que no hiele, el viento no seque el ambiente y llueva regularmente.

  Aunque hay especies parecidas, del mismo género, que pueden resultar indigestas o incluso algo tóxicas, estas presentan pilosidad o látex acuoso o blanquecino, mientras que Lactarius sanguifluus mantiene invariable la coloración tan intensa rojo sangre del exudado, naranja en L. deliciosus, al mismo tiempo que presentan un circulo exterior característico del mismo color en el pie, que veremos claramente al cortarlo.

José Antonio López Espinosa