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NATURALEZA

Visitando: el Campo de Cartagena

La Manga y La Unión

Desembocadura de la rambla de El Albujón
Desembocadura de la rambla de El Albujón
Murcia enclave ambiental

La Manga del Mar Menor

El turismo se ha convertido en el motor principal del desarrollo de La Manga. Surcada por cuatro golas, que permiten la entrada y salida de agua desde el Mar Menor al Mediterráneo abierto, La Manga está limitada por dos espacios naturales de gran interés: el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro, al norte, y el espacio protegido de las Salinas de Marchamalo y Las Amoladeras, al sur. Tiene hasta 44 km de playas y existe un claro contraste entre las que se encuentran en la ribera del Mar Menor y las de la margen mediterránea. Todas ellas son playas limpias, de aguas cristalinas y en muchas ondean las banderas azules otorgadas por la Unión Europea.

Junto a las playas de La Manga y las calas de Cabo de Palos, el enclave ofrece otras muchas posibilidades para el ocio. Existen muchos espacios de interés histórico y paisajístico a lo largo de esta estrecha franja de arena. Los amantes de los humedales encontrarán áreas de enorme interés faunístico, y podrán contemplar la diversidad de colores que se suman a la belleza de las aves migratorias que pueblan sus balsas. Flamencos, avocetas, cigüeñuelas, garzas y patos son habitantes comunes de estos lugares.

La Unión

Éste municipio debe su nombre a la unión en el año 1868 de Herrerías y el Garbanzal. Está habitada desde la época carthaginesa, desde hace más de dos milenios. Según la leyenda ibérica, un habitante de Mastia llamado Aletes descubrió las minas de plata del cabezo Rajao, por lo que fue divinizado y se le edificó su propio templo en el actual cabezo de los Moros.

En la época púnica, las minas de plata de La Unión constituyeron, junto con el esparto de la comarca cartagenera, el principal sustento de la guerra contra Roma. Las monedas con las que se pagaba a los mercenarios púnicos se acuñaban con la plata de sus minas. En esta época se llegó a extraer una cantidad superior a 300 libras de plata diarias. El poblado donde habitaban trabajadores y esclavos de estas minas fue el inicio de La Unión.

A mediados del siglo XX, concretamente a partir del año 1942, La Unión conoce su último auge minero. Fruto de las técnicas modernas de explotación y lavado de minerales, que reutilizaban zonas explotadas y abandonadas en épocas anteriores, aprovechaban los materiales de desecho abandonados por sus antiguos pobladores. Finalmente, en el último cuarto del siglo XX, decae definitivamente el sector minero en esta ciudad. Su economía se centraría a partir de ese momento en la industria, la construcción y los servicios. En la actualidad la población es de unos 14.500 habitantes.

Dentro de su territorio destacan el museo minero, con una amplia colección de minerales, y la iglesia del Rosario. Pero sin duda, la obra más importante de la arquitectura de La Unión es su Mercado Público. El edificio fue, en su época, el más innovador de la Región y se construyó como símbolo de la nueva ciudad basada en la industria y la minería. La presencia de un gran reloj en la parte superior de la fachada principal, elemento tomado de iglesias y ayuntamientos, subraya la pujanza de La Unión a principios del siglo XX.

Su nombre tiene reconocimiento internacional gracias al "Festival del Cante de las Minas" que cada año se celebra en el Mercado Público transformado en auditorio.