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NATURALEZA

Visitando: el Campo de Cartagena

Su fauna y flora

Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus)
Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus)
Murcia enclave ambiental

El Campo de Cartagena es una comarca formada por una amplia llanura bordeada de cadenas montañosas de poca altitud, a modo de barrera, que la limitan con el mar Mediterráneo. Todo el territorio goza de un clima mediterráneo árido, de lluvias escasas, menos de 300 mm anuales, e irregulares. Además carece de cursos permanentes de agua y son numerosas las ramblas de cauce ancho y plano. La falta de precipitación está acompañada por unas temperaturas elevadas en verano y suaves en el resto de estaciones. Esta llanura vive, casi exclusivamente, de la agricultura que en la actualidad está cambiando gracias al agua que se recibe por el trasvase Tajo-Segura. De esta forma el cultivo tradicional de secano, como almendros y olivos, se está transformando en regadío, apareciendo toda clase de hortalizas, cítricos y algodón.

Geológicamente, la comarca de Cartagena se encuentra en el extremo oriental de las cordilleras béticas, aflorando los complejos Maláguide y Ballabona-Cucharón al norte y el Alpujárride y el Nevado-Filábride al sur, quedando el centro ocupado por materiales neógenos. Desde el punto de vista topográfico, el área consta básicamente de una gran llanura de escasa pendiente de dirección noroeste-sureste que configura un relieve de gran plenitud.

Esta gran llanura se encuentra limitada en el norte por las sierras prelitorales en dirección suroeste-noreste. Su máxima altura se encuentra en la sierra de Carrascoy, al suroeste, con 1.065 m y desde allí desciende hacia el mar. Por el sur, la llanura queda cerrada al mar por las sierras litorales de dirección oeste-este. Como las prelitorales, ésta también alcanza su mayor altura al oeste, en Peñas Blancas con 624 m y también descienden hacia el mar, acabando en Cabo de Palos. Estas sierras se ven afectadas por una serie de manifestaciones volcánicas que continúan en el mar con las islas del Mar Menor y la isla Grosa. Ya en el Mediterráneo, por el este, un brazo de arena con dirección sur-norte que se apoya en Cabo de Palos y en otros obstáculos, cierra un trozo de mar formando una albufera llamada Mar Menor. Ese brazo de arena configura una peculiar costa denominada La Manga del Mar Menor.

Su fauna y flora

Las series de vegetación que recubren las zonas libres de cultivos pertenece al palmito (Chamaerops  humilis) y al espino negro (Rhamnus lycioides) en la mayor parte de la llanura, excepto en la zona oeste donde predomina la Zizyphus lotus. En las sierras prelitorales, al norte, predomina el lentisco (Pistacea lentiscus), en las sierras litorales, al sur, el cambrón (Periploca angustifolia) y en los arenales costeros los geosignetum de zonas salinas y de dunas.

El paisaje que ofrece es una estepa con predominio del matorral y los arbustos. Las sierras prelitorales son más boscosas con arboledas de pinos y carrascas y también arbustos de lentiscos y coscojas. Las sierras litorales están menos guarnecidas, quedando los árboles y los arbustos más desarrollados confinados a las umbrías y los matorrales dominando las solanas. Por su parte, los saladares costeros se cubren de praderas de plantas halófilas e higrófilas como sosas y salados. Este paisaje ha variado mucho con el paso del tiempo. La cubierta vegetal que encontró el hombre paleolítico en esta comarca de Cartagena la podemos describir como una espesa maquia levantina, un inmenso lentiscar poblado, además de cornicales, pinos carrascos, coscojas, acebuches, palmitos, espartos, etc... Las ramblas estaban ocupadas por adelfas, carrizos y cañas. Los saladares por tarais, almarjos y sosas y los arenales costeros por sabinares y enebrales litorales de sabinas, enebros y pinos.

La fauna está representada por algunos mamíferos que deambulan entre los campos de cultivo en busca de alimento, como el conejo o el cada vez más abundante jabalí. Pero las aves son el grupo faunístico mejor representado pues los campos de cultivo son el habitat ideal para especies como la cogujada, el alcaraván o chorlito, y algunos fringílidos en busca de cardos.