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NATURALEZA

Ambiente artificiales: las salinas de La Ramona

Características de La Ramona

Salinas de La Ramona
Salinas de La Ramona
Murcia enclave ambiental

Contexto histórico-cultural

Estas salinas, explotadas desde el período argárico (1700 a 1100 a. C.), se encuentran en un paraje seco y desolado, salpicado de cárcavas y escombros. Se trata de un manantial de agua salada situado en el inicio de la rambla del Barranco del Salero.

Las salinas de la Ramona son un sistema mayormente artificial, ya que no se han creado a partir de la cubeta de un humedal preexistente. Aun así, se localizan en el lecho de una rambla inmediata en la que se han construido estanques de evaporación y cristalización a los que se derivaban las surgencias hipersalinas que, de otro modo, discurrirían por el cauce de la rambla. Sus recursos hídricos procedían de forma natural de un manantial salino, hoy abandonado, que es responsable de la salobridad de las aguas del embalse Alfonso XIII. Cuando las salinas se encontraban en funcionamiento, el agua se captaba a través de varias minas que la conducían por conductos subterráneos hasta una pequeña acequia. La canalización discurría paralela a la rambla, por su margen derecha, hasta que se bifurcaba para dar abastecimiento a las cuatro balsas o cocederos. El agua de las balsas pasaba a las eras o tablados (donde se evapora más fácilmente) y de allí se recogía la sal, que tardaba 21 días en ser producida. Esto sólo ocurría si la temperatura era propicia, entre 35 ¿ 40 °C. Hasta el cese de su funcionamiento la sal se recogía con rastros de madera o hierro y se cargaba en sacos. Después se llevaba al alfolí (almacén de una sola planta cubierta de cañizo y rollizos y sustentada por tres grandes arcos adosados en las paredes). El alfolí estaba situado junto a la vivienda principal del salinero, en una zona alta. La sal de Calasparra se vendía a las fábricas que elaboran piensos para los cerdos y a explotaciones pecuarias. También se destinaban pequeñas cantidades para alimentación humana, para lo cual se molía la sal previamente.

Durante los siglos XVI al XVIII, las salinas se consideraban el principal motor económico de la ciudad, incluso por encima de la seda y el arroz. Al igual que otras muchas salinas interiores, las de La Ramona se han visto afectadas por el abandono de su uso tradicional, al que se asocia la ausencia de mantenimiento del manantial.

Características Geológicas e Hidrogeológicas

El terreno del entorno de la galería que conducía estas aguas hasta las balsas salineras está formado por arcillas rojas y yesos macrocristalinos abundantes, con presencia de diques de rocas ultrapotásicas. Las balsas se sitúan sobre materiales margosos y margocalizos grises y verdosos, con grietas de distensión de 1-2 cm de espesor, en las que han precipitado materiales calizos. El límite entre ambos materiales corresponde a la curva pronunciada del arroyo entre las últimas balsas de decantación.

Geológicamente se trata de un cabalgamiento de materiales triásicos del Keuper (margas yesíferas, yesos) del Subético Interno Frontal, que engloba masas de ofitas y dolomías listadas aisladas. Este cabalgamiento se sitúa entre las margas, margocalizas y areniscas del Cretácico inferior (Subético externo) que puede tener un espesor superior a los 400 metros. Sobre ellas se sitúan las balsas.