Esta ave, extinta en la Región de Murcia desde hace aproximadamente medio siglo, ha dejado una huella histórica en Sierra Espuña donde se ha encontrado el primer nido de quebrantahuesos de la Región. Este hallazgo no sólo es un indicador del asentamiento pasado de esta espléndida ave en la Región de Murcia, sino que es el triste testimonio de las consecuencias que tienen la ignorancia y el egoísmo humanos.

La silueta de una imponente rapaz se perfila en un cielo despejado. Se la ve, desde los 600 metros de altura a los que se encuentra, dejar caer unos huesos que van a parar a las duras rocas de Sierra Espuña, haciéndose añicos. La alada figura gira 180 grados y desciende a una velocidad vertiginosa hacia los fragmentos óseos que la esperan. Se deleita con el jugoso tuétano de estos huesos y se lleva unos pedazos al nido, donde unos impacientes pollos aguardan el menú que tantos años ha tardado en confeccionarles la evolución natural.