El Valle
Extremo de ramilla joven con flores de murta, mirto o arrayán (Myrtus communis)
José Antonio López Espinosa

   Arbusto perenne, siempre de color verde intenso y lustroso, de hasta 4 m de altura, ocasionalmente con talla algo mayor y hasta porte de pequeño arbolillo. Tallos muy ramificados, con ramas flexibles, parduscas, algo grisáceas cuando jóvenes, al estar entonces cubiertas de fina pilosidad. Hojas muy numerosas, generalmente emparejadas, que aparentan ser opuestas y decusadas, pecioladas, lanceoladas o bien oval-lanceoladas, de 3-5 cm de longitud. Flores pentámeras, de 2-3 cm de diámetro, axilares, solitarias, pero muy numerosas, con pétalos blancos, brillantes, redondeados, obovados, prontamente caedizos, sobre los que destacan un penacho fasciculado de abundantes estambres, muy finos, de hasta 1 cm de longitud, rematados en una pequeña antera de color amarillo pálido. Frutos (murtones) de tipo baya, globosos, ovoides, de 1 cm o menores, con restos persistentes de los sépalos en su extremo, muy oscuros cuando maduros, casi negros, con tonalidad azulada, color que es "enmascarado por un polvillo blanco-azulado".

Hábitat y distribución

   Planta que crece estrechamente vinculada al matorral del bosque esclerófilo mediterráneo (encinar y alcornocal), propia de coscojares y lentiscares, relegada o refugiada en fondos de rambla y vaguadas, con suelos relativamente húmedos, en los territorios más secos y semiáridos, como ocurre en el sureste ibérico. Se trata de una especie Mediterránea, del sur de Europa y norte de África, y asiática, de Oriente próximo y Asia Menor, ampliamente distribuida en España por Extremadura, Andalucía, levante y Baleares. En la Región de Murcia se presenta mayoritariamente de forma puntual en pequeños barrancos de zonas cálidas de la mitad sur.

Observaciones

   Diversos estudios, y en concreto algunos de los más recientes, sobre la etimología del nombre de la ciudad de Murcia, apuntan a que corresponde a esta planta la denominación actual de la capital huertana, por ser su entorno en otra época “lugar de mirtos”, por haber estado poblado de abundantes murtas (Myrtus communis). En latín la palabra mirto, de procedencia griega, es originalmente "myrtum (fonéticamente mürtum)", y habría derivado en “una forma más avanzada en la evolución fonética al un poco conservador murtiam> Murcia”.

   Además, en la toponimia de la geografía murciana se presentan varios lugares que hacen referencia al mirto. Existen al menos dos pequeñas localidades con el nombre de la Murta, al pie de las sierras de la Muela (Moratalla) y de Carrascoy (Murcia) y también un barranco al sur de la Muela (Cartagena) que, con el nombre del Morteral, deformación de Murteral, muy posiblemente estuvo habitado por murtas (J. L. Sánchez Vidal, com. pers.).

   Destaca especialmente del mirto o la murta que es un arbusto muy aromático –y también medicinal–, al presentar aceite esencial en numerosas y microscópicas glándulas, que como diminutos puntos pueden apreciarse en las hojas al ponerlas al trasluz. Esta singularidad, unida a una importante floración primaveral, también en ocasiones otoñal, y que luce siempre un vivo y lustroso color verde, hace que este arbusto autóctono resulte muy apropiado en jardinería, en paseos y patios internos, como seto o incluso en macetones. Este importante valor ornamental, curiosamente poco reconocido y utilizado en la actualidad, fue muy estimado por culturas pasadas para ensalzar aún más sus conjuntos arquitectónicos, siendo ejemplo famoso el monumental Patio de los Arrayanes, en la Alhambra de Granada, donde el arrayán de los árabes, el mirto o la murta, desempeña un papel fundamental que enfatiza luz, color y olor del espacio verde que acompaña a las fuentes del edificio palaciego.

José Antonio López Espinosa