Figura 2a: El magma que dio lugar a las lamproitas de Murcia, procede de un manto contaminado, metasomatizado, por fluidos generados en  la subducción de África bajo Iberia
Figura 2a: El magma que dio lugar a las lamproitas de Murcia, procede de un manto contaminado, metasomatizado, por fluidos generados en la subducción de África bajo Iberia
Antonio del Ramo Jiménez
Figura 2b: La colisión/obducción de las placas generó el orógeno Bético-Rifeño
Figura 2b: La colisión/obducción de las placas generó el orógeno Bético-Rifeño
Antonio del Ramo Jiménez

    La génesis de la complejidad litológica y geoquímica de estas rocas volcánicas todavía provoca muchas controversias e incógnitas entre investigadores. Ha sido atribuida a diferentes procesos ígneos, entre los que se incluyen: fusión de un manto heterogéneo modificado química e isotópicamente por mezcla con materiales de una antigua zona de subducción, cristalización fraccionada, contaminación del magma por asimilación de rocas y fluidos corticales en su ascenso, procesos mixtos de anatexia cortical y de fusión parcial del manto o diferentes profundidades de generación del magma. El modelo más reciente que encontrado en la bibliografía es el que se describe por López-Ruiz y colaboradores en el libro Geología de España y que aquí comentamos con ligeras variaciones (figuras 2):

    Los episodios de compresionales que resultan de la convergencia entre África e Iberia y subsiguiente expulsión hacia el oeste de la microplaca Mesomediterránea se inician en el Cretácico superior y generan procesos de subducción (ver historia geológica en esta misma web). Esta subducción produce el ascenso de fluidos que proceden de sedimentos marinos pelágicos de la corteza oceánica de la placa que subduce y generan un metasomatismo del manto litosférico. Según estos autores las rocas ultrapotásicas proceden de magmas generados en el manto más metasomatizado (figura 2a).

    - La colisión/obducción que comienza a finales del Cretácico principios del Paleógeno entre las tres placas dará lugar a la cadena simétrica: la Cordillera Bética, al norte, y el Rif, al sur (figura 2b).

    - Durante los periodos compresivos generalizados, que llegan incluso hasta la actualidad, se produjeron procesos distensivos coetáneos que generaron el adelagazmiento y rotura de la corteza. En concreto en el Oligoceno-Mioceno inferior se produce una fase extensional que dio lugar a fracturas que favorecieron el ascenso de los primeros magmas segregados del manto metasomatizado. En concreto, en el sector oeste de la cadena orogénica, las rocas toleíticas de la isla de Alborán y los diques de la provincia de Málaga (figura 2c).

    - La fase principal de la extensión del orógeno bético-rifeño, se produce a mediados y finales del Mioceno. Su causa es el hundimiento progresivo en el manto terrestre de un fragmento de raíz litosférica del orógeno sobreengrosado, se generó así el mar de Alborán. Durante este episodio es cuando se forma el volcanismo calcoalcalino y ultrapotásico de la provincia volcánica de Murcia y de todo el sureste español (figura 2d).

    Observando la figura 3 se aprecia que existe una distribución más o menos simétrica de las diferentes series volcánicas, así como de sus edades y emplazamientos. Se puede definir una zona central (I) donde aparecen las rocas más antiguas (fundamentalmente calcoalcalinas y toleíticas), dos zonas periféricas algo más jóvenes con rocas calcoalcalinas potásicas y shoshoníticas (II) y una franja externa (III), únicamente en el sureste español, donde afloran las rocas miocenas más recientemente (las ultrapotásicas).