Desde que en 1857 se constituyera oficialmente el Sheffield F.C. (el equipo de fútbol más antiguo del mundo) todos los clubes han tenido la necesidad de forjar su identidad mediante la creación de un escudo identificativo.

Cuando en 1901 el Águilas Foot Ball Club y el Lorca Foot Ball Club disputaron el primer partido de fútbol entre dos localidades distintas de la Región de Murcia, el uniforme de los jugadores aguileños estaba adornado por la imagen llamativa de un águila bicéfala.

Aunque a principios del siglo XX no existían competiciones federadas, todos los equipos de fútbol que querían proyectar una imagen de seriedad portaban en sus uniformes un escudo identificativo. Estos escudos respondían a formas muy diversas y han ido evolucionando con el paso de los años. Los escudos formados por letras entrelazadas, típicos de las décadas de 1910 y 1920, fueron sustituidos por otros de muy diversas formas y estilos en los que primaban, bien los motivos deportivos o bien los elementos del escudo municipal.

Dificultad para recuperar los escudos antiguos

Ha sido imposible recuperar gran parte de los escudos de las primeras decadas del siglo XX, ya que la prensa de la época apenas ofrecía imágenes de los mismos. Por otra parte, la mayoría de las fotografías que se conservan de los equipos de fútbol son de una calidad ínfima lo que dificulta la reconstrucción de los escudos.

Dentro de la gran variedad de los escudos de los equipos de fútbol murcianos conviene destacar que en algunas localidades como Abanilla, Abarán, Mazarrón y Molina de Segura los escudos de sus clubes están inspirados en los escudos municipales, mientras que en otras poblaciones (especialmente en las pedanías) el escudo del equipo de futbol ha adquirido una personalidad propia y recoge elementos exclusivamente deportivos (colores del uniforme o balones de fútbol), prescindiendo de cualquier elemento vinculado con el escudo municipal.  

                                                                                                                                                                                                                                                Agradecimiento a Álvaro García Belando