El Centro Párraga de la Región de Murcia acoge hasta el 5 de enero lel proyecto ‘Noisiv’ de Grecia Martínez, dentro del ciclo Jóvenes Comisarios, una iniciativa programada para la Sala de Máquinas.

La exposición, que se inaugura el jueves 30 de noviembre, a las 20:30 horas, recoge las obras de tres artistas emergentes con una formación y trayectorias muy dispares pero con una temática en común en torno a la imagen y su relación con las nuevas tecnologías. 

El recorrido de la muestra se centra en las obras de tres artistas: Lidia Orán (Santa Cruz de Tenerife, 1993), Martin Reiche (Berlín, 1988) y José Sánchez (Murcia, 1980), a los que les unen inquietudes específicas en torno a la condición de la visualidad contemporánea. Noisiv introduce en el escenario cultural nuevas propuestas sobre el Arte de Nuevos Medios como una posibilidad más entre los lenguajes artísticos que se están generando en la Región de Murcia. 

‘La ceguera del paisaje’, de Lidia Orán, muestra sesenta fotografías realizadas a lo largo de los últimos cuatro años que rastrean el paisaje de un territorio. Lugares extremos entre sí, tópicos y atípicos, que convergen en un mismo espacio geográfico y que conforman una realidad paisajística heterogénea e igualmente desequilibrada. Entre distintas texturas, las imágenes tienen la  intención de invitar al espectador a que haga suya la obra manipulándola. 

Martin Reiche  presenta ‘Stealth’, un videojuego de carreras auditivo que muestra cómo la fácil tarea de escuchar puede convertirse en difícil y compleja. El jugador se desliza en el papel del conductor ciego de un coche de alta velocidad en un mundo bidimensional. No tiene otra opción que encontrar su camino basándose solo en lo que oye. 

El proyecto de Grecia Martínez incluye también el trabajo de José Sánchez, bajo el título de ‘Blowjob, 400 ms*’, una videoinstalación que trata sobre el contacto y exigencia de atención visual que se establece en la actualidad cultural contemporánea. El gesto que le da contenido (descrito por el metraje ‘soplo’) tiene como función propiciar intencionadamente el parpadeo (400 milisegundos de pausa) iniciando un flujo de aire en sentido opuesto a la mirada del espectador que le insta a proteger sus ojos,  evitando con esto su estado absorto frente a la pantalla.