Free cookie consent management tool by TermsFeed 47 Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier 2016. Alejandro Magno - Región de Murcia Digital

47 Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier 2016. Alejandro Magno

Día: 10 de agosto de 2016

A las 22.30h.

Localidades: 14 y 16 euros.

Lugar: Auditorio Municipal Parque Almansa

Población: San Javier

Alejandro magno

Jean Racine, al escribir Alexandre le Grand, nos ofrece la oportunidad de encontrarnos con una de las figuras legendarias que más atracción ha despertado a lo largo de toda la historia. Alejandro, el rey macedonio que conquistó todos los reinos entonces conocidos y se acercó al límite del fin del mundo para convertirse en un mito con tan solo 33 años de edad.

En esta versión que ahora presentamos la leyenda se hace carne y se muestra como un hombre de genio contradictorio y de eterno conflicto. Por un lado su ansia imparable de conquista y de guerra y por otro su deseo de ser un hombre que trae la paz y el respeto a los pueblos conquistados. La acción transcurre en la India, su última gran campaña. Allí Alejandro sentirá el poder del amor. Y ese amor es el que inspirará seguir o no su instinto natural de hombre de guerra. Este personaje, con su alma ambivalente, nos habla del eterno conflicto en la historia de la humanidad: ¿vivir en paz o continuar eternamente en guerra? Observamos la figura de  Alejandro como si fuera un enigma. “¿Quién eres Alejandro?” se pregunta el propio personaje la noche antes de la famosa batalla del río Hidaspes.  Esa es la pregunta que también nos hemos hecho para abordar esta tragedia histórica: ¿Quién fue este hombre que veintitrés siglos después de su muerte nos sigue fascinando?

Os proponemos un viaje a la historia para vivir la fascinante aventura de Alejandro en la India, para que soñemos con los hombres y mujeres que construyeron nuestra historia y para que pensemos, aunque sea sólo por un momento, que no somos los únicos, que hasta los hombres más poderosos, los reyes y los que se creen dioses se sienten absolutamente solos y perdidos.

La acción se desarrolla en la India, que Alejandro (Félix Gómez) se dispone a conquistar proponiendo pactos y alianzas en lugar de utilizar el lenguaje de las armas. Es un héroe que se asoma a la modernidad dudando de sí mismo, pues sabe que cada victoria y cada frontera que traspasa es un sueño que deja atrás sin que amaine el ansia que lo consume. Su política de pactos seduce al rey Taxilos (Unax Ugalde), convencido por su hermana Cleófila (Diana Palazón), que vive una historia de amor con el macedonio. Otro monarca, Poros (Aitor Luna), se resiste a ser vasallo de Alejandro y decide luchar, impelido por Uxiana (Marina San José), princesa de la que él y Taxilos están enamorados, aunque ella prefiere a Poros.

Un nudo de intereses políticos, afanes bélicos y pasiones amorosas resuelto por la guerra y el carácter ecuánime y pacificador de Alejandro, al que se presenta como un personaje bisexual, capaz de amar a tanto a Cleófila como a Hefestión (Armando del Río), su general de confianza. La versión de Luque y Galán introduce un personaje no previsto por Racine, Olimpia (Amparo Pamplona), madre del conquistador y que, pese a su leyenda de manipuladora que inculcó en su hijo el hambre de poder, aquí se le aparece para inspirarle la negociación y la clemencia por los enemigos. Antes de la batalla solo le calma la lectura de un libro que su madre le entregó cuando era niño, «La Iliada», en uno de cuyos personajes, Aquiles, encuentra Alejandro un espejo en el que mirarse.

El montaje de Luis Luque es de gran boato escénico, con una espectacular escenografía de Mónica Boromello dominada por una tarima que va de la puerta presidida por la diosa Ceres en el centro del imponente farallón de columnas del Teatro Romano hasta más allá del proscenio y divide el inmenso estanque que cruza de lado al lado el escenario en representación de los ríos Indo e Hidaspes. El vestuario de Paco Delgado es espléndido, igual que la iluminación de Juan Gómez Cornejo, que concita lo épico y lo íntimo. A subrayar también la reciedumbre sonora de los ocho tambores que marcan el ritmo de las paradas militares y la presencia de un bonito Bucéfalo utilizado en un par de escenas, que resultó ser una yegua llamada Gitana, seguramente experta en técnicas interpretativas como la de la memoria sensorial utilizada por Stanislavski, pues su actuación fue perfecta. Por lo demás, la representación resulta algo estática y reiterativa en la narración de los hechos. Sobre la interpretación de un reparto de actores conocidos por sus trabajos televisivos, se impone la sabia presencia de Amparo Pamplona, a la que da gusto escuchar.