Esta exposición revela la evolución pictórica de Ángel Hernansáez, uno de los artistas murcianos más importantes de las últimas décadas. Explorador incansable, parte de su formación académica para indagar libremente en los caminos de la pintura, sin atenerse a reglas o a modas.

Más que una retrospectiva de su obra, los 40 cuadros seleccionados pretenden plasmar, en un recorrido lineal y casi cronológico, la transición de la pintura de Hernansáez a medida que va adentrándose en propuestas menos figurativas. Es precisamente en esta última etapa de su trayectoria en la que profundiza la exposición.

Integrada por préstamos de colecciones privadas y fondos del artista, la selección incluye un buen número de cuadros que no han sido expuestos con anterioridad.

La muestra será visitable hasta el 14 de enero.

Ángel Hernansáez nace en Murcia el 21 de febrero de 1937 y fallece en la misma ciudad el 20 de abril de 2011, a los 74 años de edad. Comienza sus estudios de farmacia en la Universidad de Granada para continuar con la tradición familiar, pero su pasión se acaba imponiendo y abandona la carrera para dedicarse a la pintura. Discípulo de los pintores murcianos Luis Garay y Pío Verdú, trabaja en sus respectivos estudios mientras se prepara para ingresar en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Allí cursa los primeros años de carrera y conoce a su mujer Roxana, trasladándose más tarde a la Facultad de San Fernando de Madrid, donde termina su licenciatura.

Dedicado profesionalmente a la docencia, obtiene la cátedra de dibujo del Instituto de Cabra (Córdoba) en 1967, localidad en la que vive algunos años con su mujer y su hija Roxana. Poco antes del nacimiento de Ángel, el segundo de sus hijos, vuelve con su familia a Murcia, donde continúa con su labor docente en los institutos Infante Don Juan Manuel y Licenciado Cascales, hasta su jubilación.

Identificado con la escuela de Vallecas, la obra de Hernansáez se ve influenciada sobre temática paisajística y nuevos planteamientos expresionistas y de vanguardia. Consecuencia de su sólida formación académica, las primeras obras de Hernansáez se ubican en el ámbito de la figuración. No obstante, en su exploración permanente del proceso artístico, su pintura va derivando del realismo a la abstracción, perdiendo de manera natural y paulatina los elementos figurativos para llegar a una obra más minimalista en su última etapa. Esta búsqueda, que responde a una necesidad personal de cuestionar la propia pintura, se ve recompensada con diversos galardones regionales, nacionales e internacionales en reconocimiento a su aportación artística.

Como artista y librepensador, Hernansáez no logra sentirse cómodo con los dictados del mercado del arte y pasa por periodos de inactividad a lo largo de su trayectoria. En estos paréntesis, su curiosidad creativa y la necesidad de nuevos estímulos le llevan a cultivar disciplinas tan variopintas como la fabricación de relojes de pared o la colombicultura. Pero la llamada de la pintura resulta siempre más poderosa y vuelve a reencontrase con el lienzo para adentrarse en nuevos caminos pictóricos con ideas renovadas, e incluso aportando elementos de sus aficiones que encuentran hueco en su obra.

Junto a otros representantes de la cultura murciana, impulsa la creación de la Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca de Murcia, formando parte de ella desde su fundación como Académico Numerario Constituyente. Sus obras están presentes en colecciones públicas y privadas en España y en otros países como Italia, Suecia, Francia y Estados Unidos, así como en lugares destacados como el Parlamento Europeo, la sede de la UNESCO en París, el Museo Antonio Manuel Campoy y entidades regionales como el Museo de Bellas Artes, la Universidad de Murcia y la Comunidad Autónoma.