Llega la hora de la jubilación, pero sus desvelos fueron recompensados, concediéndosele la Cruz de la Encomienda de la Orden Civil de Sanidad en reconocimiento a los méritos contraídos a lo largo de su dilatada trayectoria profesional.

La imposición tuvo lugar, en un emotivo homenaje ofrecido por el Excmo. Ayuntamiento de Jumilla, el 21 de abril de 1978. Además el Barrio de San Juan de Jumilla le obsequió con una placa de agradecimiento a su labor humanitaria en el citado barrio.

Este mismo año de 1978 es nuevamente mantenedor de los Juegos Florales de Ontur (Albacete), y prueba fortuna en el concurso de RTVE "La bolsa de los refranes", en donde después de algunos intentos fallidos -el mismo Joaquín Calvo Sotelo le había animado a seguir participando- consigue el premio con el refrán titulado Dinero de suegro, dinero de pleito, que fue redactado en verso.

Por otra parte nace la "Asociación de Amigos de Jumilla" (1978), a cuya presentación oficial es invitada la poetisa Carmen Conde, que había sido nombrada tan sólo hacía unos meses Académica de la Lengua. En este acto Lorenzo Guardiola fue el encargado de hacer la presentación de la prestigiosa escritora, leyendo unos poemas en su honor y glosando su labor poética, literaria, y a su ciudad natal, Cartagena.

En 1979 es nuevamente mantenedor de los Juegos Florales de Ontur (Albacete) recitando un poema titulado Los nuevos Gracos y es igualmente finalista en el concurso de novela "Blasco Ibáñez" con su obra Una pirámide en la Atlántida.

En el mismo año, y con motivo del V Centenario de la muerte de Jorge Manrique, la Excma. Diputación Provincial de Palencia pretende publicar un libro homenaje al autor de Las Coplas.

Convoca un concurso nacional y Lorenzo Guardiola participa con tres sonetos que se publican en el libro, junto con composiciones de otros poetas que también habían sido seleccionados.

A pesar de su jubilación continúa su labor de médico, pues tenía una bien ganada fama. Un día, como cualquier otro, fueron requeridos sus servicios. No sospechaba que sería el último de su vida.

Salió a visitar a sus enfermos y, repentinamente, se sintió indispuesto, pero prefirió finalizar su tarea, ya que sólamente le quedaba una visita. Una vez terminada, se dirigió a su domicilio. Rápidamente fue trasladado a Murcia, mas antes pidió unos libros para entretenerse mientras se recuperaba. Pero no, el infarto era mortal de necesidad, falleciendo el 9 de mayo de 1979.

Unos días antes de su fallecimiento había comenzado a pasar a máquina su última obra Una bomba en el Concilio, que sus hijos llevaron a término.

Por otra parte, mientras Guardiola se encontraba de cuerpo presente, esa misma noche, en el programa cultural de RTVE  "Hora 25", ironía del destino, era leída una de las composiciones, un soneto, que había presentado al Centenario de Jorge Manrique, como más representativa del libro publicado en tal evento.

El mismo día de su muerte, el entonces Alcalde de Jumilla, José Yagüe Ortuño, presenta una moción a sus compañeros de Corporación para que se declare a Lorenzo Guardiola como Hijo Predilecto de la ciudad, a título póstumo.

Una vez finalizado el expediente, la Corporación por unanimidad de los asistentes ratificó el mencionado título en la sesión ordinaria que se celebró en el Excmo. Ayuntamiento el 10 de diciembre de 1979.

El prestigio de la obra de Lorenzo Guardiola traspasó ampliamente las fronteras regionales y varios meses después de su fallecimiento, e incluso años después, fue invitado a figurar en algunas Antologías Literarias sin que sus peticionarios se hubiesen enterado de su óbito.

En la actualidad, en el antiguo Paseo de la Estación, se perpetúa su nombre con el título de "Paseo del Poeta Lorenzo Guardiola", para ejemplo de generaciones futuras.