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Fotografía para
Fotografía para "Alboradas", primer libro de poemas (1926)
Archivo familiar

Así es que en 1928 marchó a Madrid a cursar los estudios de medicina. A ello le empujaba una decidida vocación y un entusiasmo que, pese los múltiples avatares de la vida, perduró durante toda su existencia.

Paralela a esta vocación y, quizás aún antes surgió su inquietud por la Literatura. De modo que Medicina y Literatura, enlazadas, ramas de un mismo árbol, que irán cargándose de frutos, y que sólo la muerte será capaz de truncar.

La permanencia en Albacete fue altamente beneficiosa en el aspecto literario ya que recibió el estímulo necesario en sus aficiones literarias, así como las enseñanzas referentes a la preceptiva literaria, por parte de don José María Lozano, el cual prologó el primer libro de Lorenzo Guardiola.

Primeros poemas, y participación en concursos literarios.

Ya en Jumilla, gracias a la generosidad de algunos amigos amantes de la poesía, publicó sus primeros poemas, con dieciocho años aún no cumplidos, que fueron recogidos en un tomito bajo el sugestivo título de Alboradas (1926).

En este mismo año comienza su andadura en los Concursos Literarios, participando en los Juegos Florales de Villena (Alicante) y Archena (Murcia), obteniendo un accésit y una mención honorífica, respectivamente. Por estos años comienza su afición por la zarzuela, como lo demuestra el hecho de que concibe dos libretos que nunca llegaron a estrenarse: El 2 de mayo y La dama de Luis XV.

Estudiante de medicina.

Como ya se ha indicado anteriormente en 1928 marcha a Madrid a estudiar Medicina, siendo interno durante tres años en el Hospital de San Carlos, en la cátedra de Terapéutica Quirúrgica, de la que era titular don José Estella.

Sus estudios no relegan a un segundo plano sus aficiones literarias ya que durante este mismo año participa con una composición sobre Don Quijote, en un concurso convocado por la revista Blanco y Negro, que se publica el 23 de diciembre, con el título La locura de Don Quijote.

En la noche del 9 de abril de 1931 se celebra en el Teatro Romea de Murcia una fiesta literaria denominada "Homenaje lírico a la Huerta Murciana", en la que actuó Vicente Medina, que llegó a leer algunos poemas de sus Aires murcianos, Lorenzo Guardiola participa en el certamen convocado para tal evento obteniendo con uno de sus poemas un accésit.

Todos los huecos que sus estudios le permitían los dedica a escribir. Así en septiembre de 1932, coincidiendo con el primer centenario del nacimiento de Castelar, se convoca un concurso literario en Elda (Alicante) en el que actuaba como mantenedor don Miguel de Unamuno. Lorenzo Guardiola participa y obtiene el primer premio que recoge de manos del insigne maestro de las letras hispanas, quien no pudo reprimir su asombro ante la belleza de la composición premiada que llevaba por título Canto a la libertad.

Al año siguiente (1933) vuelve a concursar y obtiene dos nuevos galardones: un accésit a la Flor Natural en las Fiestas del Gay Saber (Murcia) y la Flor Natural en los Juegos Florales de Jumilla, por su poema Yo vi del rojo sol la luz serena.

Fin de los estudios de medicina.

Finaliza la carrera de Medicina en 1935, pues había perdido un año a causa del servicio militar, que realizó como voluntario en Ferrocarriles de Madrid. Fueron aquellos unos años llenos de pasión, de lucha, de huelgas, que acababan siempre con suspensiones de cursos y pérdida de matrícula.

Por eso, no es de extrañar que deseara ardientemente acabar para reintegrarse a una vida de menos ebullición y fuese posible trabajar con calma y paz. Tenía la intención de realizar el doctorado, para después hacer oposiciones a médico ayudante de la misma cátedra en donde fue interno y donde el doctor Estella tanto le estimaba.

Sin embargo, entre tanto estalló la Guerra Civil y todas sus ilusiones se vinieron abajo, cual castillo de naipes, aunque obtuvo el título de Inspector Municipal y Beneficencia. Regresó apresuradamente a Jumilla y ejerció la Medicina de una forma esporádica hasta que fue movilizado.

Lo destinaron primeramente a un aeródromo provisional que se había instalado en las inmediaciones de Archena (Murcia), con la graduación de Teniente, y posteriormente a Hellín (Albacete), Sisante (Cuenca) y Los Alcázares (Murcia).

La lucha fratricida fue plasmada años después en diversos géneros literarios: poesía, narrativa y teatro. De 1939 son unos versos que dicen:

"Yo sé que tiene que nacer el día

en que vuelvan los campos a dar trigo

cuando cese la guerra, cuando acabe

el bárbaro exterminio.

Yo sé que tiene que llegar el día que no haya vencedores ni [vencidos (...)"

Teniente de Aviación Médica, Los Alcáceres 1938
Teniente de Aviación Médica, Los Alcáceres 1938
Archivo familiar