Coordinación: La Mano Robada

Este proyecto se presenta como la disección de una fotografía, como el instante en el que un bisturí imaginario incide sobre su superficie, dejando ver sus múltiples capas, sus rincones más ocultos, su trasfondo; su devenir. Una imagen que, una vez abierta, habla de quien la hace, de quien la habita y por supuesto, de quien la mira. 

Observando desde este prisma propio, y eludiendo complejas teorizaciones, procuraremos acercar a los participantes a nuestra personal experiencia fotográfica. Para ello pondremos sobre la mesa conceptos que creemos son, de alguna manera, causa y efecto de este medio, y que en ocasiones quedan en un segundo plano. 

Nosotros, que al nacer fuimos fotografiados con el flash de una cámara analógica –nuestro bautizo de luz–. Nosotros, que hemos colgado la imagen de nuestros ídolos en las paredes del nuestro cuarto, memorizando cada detalle. Nosotros, que nos hemos servido de un trípode para autorretratarnos para terminar sucumbiendo al selfie. Nosotros, que hemos compartido a través de las redes sociales imágenes de nuestro día a día, que pronto serán como esos antiguos álbumes, ahora reducidos a bits –los nuevos garantes del recuerdo y la nostalgia–. Nosotros, que nos cuestionamos constantemente los límites entre la verdad y el engaño, entre lo real y lo ficticio de la fotografía –el fake–. Nosotros, que nos hemos travestido hasta convertirnos en personajes de nuestra propia obra, que hemos usando la fotografía como medio y punto de unión. Nosotros, hijos de la era de la imagen, en el desconocimiento de si una imagen vale o no más que mil palabras, cederemos por vez primera el protagonismo a las palabras, para generar un dialogo abierto a todos aquellos que quieran formar parte de este nuevo nosotros.