El escultor Eduardo Chillida (San Sebastián 1924-2002) es conocido por sus trabajos en hierro y en hormigón. Chillida está considerado como uno de los escultores más importantes del siglo XX. Su obra está presente en más de 20 museos de todo el mundo.

Realizó los estudios de primaria y secundaria en el Colegio de los Maristas de su ciudad natal y en 1943 se trasladó a Madrid para comenzar la carrera de arquitectura (carrera que nunca acabó).

Sus primeras esculturas son obras figurativas, torsos humanos tallados en yeso como Forma, Pensadora, Maternidad, Torso o Concreción. En todas ellas, el punto de partida es la escultura griega arcaica, pero se aprecia ya su preocupación por la forma interior además de tener un marcado sentido monumental.

Siempre persiguiendo lo inasequible, el trabajo de Eduardo Chillida consiste en definir el vacío que anima la materia. Labra el hierro, esculpe el granito, el alabastro, el acero, la madera, modela la arcilla “chamottée”, concibe laberintos imaginarios. En el mundo entero, Chillida realizará esculturas monumentales para pedidos oficiales.

Eduardo Chillida recibió todos los premios existentes: en 1981 recibe la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en Madrid. En 1983 recibe el Premio Europäischer der Künste en Estrasburgo. Es nombrado Miembro Honorario de la Royal Academy of Arts de Londres. En 1984 recibe el Grand Prix des Arts et Letres de París, el Praemieum Imperiale de la Japan Art Association, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, miembro de la Europa Akademia, Kaiserring de Gosslar, etc...

El artista vio cumplido el sueño de tener un museo al aire libre.

Eduardo Chillida falleció en San Sebastián el 19 de agosto de 2002.

Otras obras destacadas

• El peine del viento (Bahía de San Sebastián)

• La sirena varada (Madrid)

• El elogio del horizonte (Gijón)

• Puerta de música (Santiago de Compostela)

• Monumento a la Tolerancia (Sevilla)

• Tolerancia para el diálogo (Alemania)

• Besarkada (Abrazo) (San Sebastián)

• Barcelona (Barcelona) 

Eduardo Chillida. Buscando la luz

En la exposición no son cuerpos simplemente rodeados por la luz, sino “por ella aligerados” o, quizás, ellos mismos subyacen como contenedoras de luz y emanan una luminosidad esclarecedora.

El título de la exposición, Buscando la luz, extraído directamente de una serie de esculturas monumentales realizadas por Chillida en la década de los noventa, alude a la energía creadora necesaria que acompaña al artista a través de toda su trayectoria artística y vital.

La exposición estará compuesta por más de treinta obras entre esculturas, proyectos y grabados.

Al visitante de ‘Chillida. Buscando la luz’ lo recibe en el Muram, en la planta baja, una de las piezas más importantes de la exposición: una gran escultura de acero, de 1.300 kg, perteneciente a la serie ‘Consejo al espacio’, que se complementa en la sala con un grabado de gran tamaño. 

La primera y la segunda planta del museo están dedicadas, cada una, a un tipo de luz. Grandes alabastros, alguna piedra, ‘gravitaciones’ (una suerte de esculturas en papel suspendidas por cuerdas, como si gravitaran y ascendieran) y ‘tierras’ o ‘lurrak’ hacen referencia a la luz blanca. La oscura está representada asimismo por esculturas en hierro, además de ‘gravitaciones’, collages y dibujos. Todas las obras son originales y fueron realizadas por Chillida entre 1970 y finales de la década de los 90. 

El recorrido por las propiedades lumínicas de las obras de Chillida está íntimamente ligado a cada uno de los materiales que trabajó, en los que la luz adquiere innumerables matices. ‘Buscando la luz’ alude a la energía creadora que acompaña al artista a través de toda su trayectoria artística y a su voluntad por captar la luz para crear diferentes intensidades. En este sentido, las obras de Chillida simbolizan también el deseo más profundo del ser humano, la férrea voluntad de comprender y de conocer. 

La muestra se completa, además de con las 39 obras originales expuestas, con una serie de objetos como maquetas, bocetos, dibujos y materiales usados por Eduardo Chillida en sus obras que, bajo el nombre de ‘Historia de las materializaciones’, pretende mostrar cómo trabajaba el creador. 

Lugar: Salas del Anexo del MuRAM.