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Los teléfonos móviles emiten radiaciones que, aunque son muy pequeñas, están cerca del cuerpo.
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Cuando el teléfono está en espera, también emite radiaciones, aunque menores. Procure no llevarlo permanentemente pegado al cuerpo, y durante la noche o cuando no espere llamadas, mantenga el móvil apagado.
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No utilice el teléfono cuando tenga una cobertura baja. Cuando está lejos de la señal, aumenta la potencia de sus emisiones.
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Cuando se marca un número y se efectúa la llamada, es cuando el teléfono emite con mayor potencia. Conviene esperar unos segundos antes de acercarlo a la oreja.
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El móvil no es un juguete. No es conveniente que lo utilicen niños pequeños, porque son los más sensibles a sus radiaciones.
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Es aconsejable no utilizar el móvil mientras conduce, aunque disponga de un sistema de manos libres. La concentración que requiere una conversación o marcar un número produce distracción y multiplica el riesgo.
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Acate las restricciones y prohibiciones para el uso de los móviles que se hacen en hospitales, para evitar las interferencias con aparatos médicos, y en aviones.