Arbusto muy ramoso, de hasta 2 m, que puede ser dioico y presentar pies masculinos y femeninos, con tallos sinuosos y torcidos, suberificados (de cubierta exterior engrosada y con tacto que recuerda al corcho), grisáceos o blanquecinos, verdes y pilosos cuando jóvenes. Hojas pecioladas, de limbo redondeado, a veces algo acorazonadas, cubiertas de fina pilosidad pubescente, más densa en sus primeros estadios de desarrollo, de habitualmente 3-5 cm de longitud o diámetro, que pueden tener coloración verde intensa (en épocas favorables) o verde amarillenta (en condiciones desfavorables). Flores solitarias, péndulas, por la escasa rigidez del peciolo, en ocasiones agrupadas en fascículos de 2-3, de aspecto campanulado, con cáliz de piezas soldadas triangulares, progresivamente filiformes, y pétalos de amarillo pálido. Fruto de tipo baya, subesférica, rodeada por el cáliz persistente, primero verde, después anaranjada o rojiza y –finalmente–negra.
Hábitat y distribución
Crece en laderas muy térmicas y soleadas, en taludes y roquedos, con frecuencia concentrándose al pie de estos, en márgenes de caminos, etc., por lo común terrenos nitrificados de cotas bajas en zonas litorales o prelitorales especialmente cálidas. Planta del Mediterráneo occidental, que se distribuye por norte de África, Península Ibérica y Baleares. En la Región de Murcia es un arbusto frecuente y habitual en la ecología indicada, particularmente en la franja costera, también en las sierras prelitorales, alcanzado Sierra Espuña e incluso –puntualmente– Bullas.
Observaciones
Pese a su relativa abundancia en determinados enclaves de la geografía regional, se trata –sin duda– de uno de los arbustos más significativos y relevantes del matorral semiárido, motivo por el que quizá fue incluida en el listado de 23 “especies de flora protegida”, en el Anexo II de la Orden de 17 de febrero de 1989 (BORM núm. 55), primera normativa de protección (específica) de flora aprobada en la Región de Murcia.
La oroval o beleño negro es un buen ejemplo de malacofito, planta facultada fisiológicamente a desprenderse de sus hojas, hasta defoliarse por completo, cuando los rigores estivales obligan por elevada evapotranspiración. Esta particularidad adaptativa se complementa con floración coetánea con los primeros rebrotes de hojas, tras las primeras lluvias, que se prolonga además –y hasta abundantemente– durante meses en otoños e inviernos favorables, como alternativa a la latencia impuesta por periodos muy largos de sequía –a niveles extremos– recurrentes y característicos en su areal de distribución.
Otra especie del género en Murcia, también con nombre común de oroval o beleño negro, y el de bufera, es la Withania somnifera, alóctona pero escasa y puntual, de importantes propiedades medicinales, principalmente sedantes y diuréticas, que pueden obtenerse mediante la ingestión de preparados–sobre todo– de extractos de raíz. De las dos orovales murcianas se alimenta –en el Parque Regional El Valle– una grande, vistosa y voraz oruga, la larva de la esfinge calavera o de la muerte (Acherontia atropos), que transformada en mariposa despierta supersticiones de fallecimiento inminente en las casas donde se encuentra.
José Antonio López Espinosa