Algunos de los eventos geológicos que quedaron fosilizados en los terrenos sobre los que se extiende esta comunidad y que afectaron a la biodiversidad pasada y actual son:
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Importantes eventos tectónicos acaecidos a lo largo de la historia geológica de la Región de Murcia por encontrarse ésta en el contacto entre las placa Euroasiática (subplaca Ibérica) y la Africana, que influyeron en la circulación de las aguas marinas, en los cambios del nivel del mar, en la comunicación entre el Atlántico y el Mediterráneo, en la geografía pasada y actual, en los cambios climáticos, en el tipo de rocas que componen la gea de Murcia, en su hidrología superficial y subterránea, y que a su vez condicionan directamente la biodiversidad presente y pasada.
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La caída de un gran meteorito a finales del Cretácico, que provocó la extinción de la mayor parte de los seres vivos existentes en aquella época. Este cataclismo condicionó la posterior biodiversidad del planeta, como la expansión de los mamíferos en los continentes y de los macroforaminíferos (nummulítidos, alveolínidos, etc.) en las plataformas marinas. De los pocos lugares del mundo donde se puede estudiar este fenómeno, uno está en Murcia, "La Capa Negra de Caravaca".
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Emisiones volcánicas, especialmente las acaecidas en el Jurásico y en el Terciario, que variaron el quimismo de las aguas continentales y marinas de la época y el microclima, condicionando la proliferación de determinados organismos, como los radiolarios (radiolaritas de la Sierra de Ricote) y las diatomeas (diatomitas de las cuencas neógenas).
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La transgresión (invasión marina) durante el Jurásico inferior, que convirtió la región en una extensa plataforma carbonatada. La disgregación de la plataforma liásica a finales de esta época, que dividió la región en una serie de bloques elevados y hundidos que fueron cambiando de batimetría a lo largo del Jurásico, que originaron infinidad de ecosistemas marinos donde habitaron numerosas especies de cefalópodos.
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La emersión de parte del noroeste y sobre todo del norte y este del Altiplano, que condicionó la existencia de amplias plataformas marinas pobladas por rudistas, donde se desarrollaron arrecifes coralinos; y zonas emergidas con abundante vegetación por donde deambularon los dinosaurios.
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La Orogenia Alpina, que provocó rápidos e importantes cambios paleogeográficos durante el Mioceno, que convirtió parte de la región en un archipiélago de islas tropicales rodeadas de arrecifes coralinos. Especial mención merece la desecación del Mediterráneo (Crisis de Salinidad del Messiniense) hace unos seis millones de años, que permitió el paso de fauna y flora africanas a la Península Ibérica. Algunos especimenes vegetales aún perviven dando lugar a los iberoafricanismos existentes en la región. Este evento se puede constatar por los numerosos afloramientos de evaporitas, existentes en las cuencas neógenas (Lorca, Mula, Alcantarilla, Fortuna, Jumilla, etc.), entre las que se intercalan yacimientos de peces marinos y vertebrados continentales excepcionales. La llegada de los primeros homínidos junto con otros vertebrados africanos a la península durante el Pleistoceno inferior-medio (Cueva Victoria y Sierra de Quibas).
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Numerosos cambios climáticos que han influido en la instalación en la región, desde el Triásico hasta la actualidad, de biota adaptada a climas muy variados. Los cambios en la circulación de corrientes oceánicas que permitieron la llegada al Mediterráneo de moluscos tropicales durante los dos últimos periodos interglaciares del Pleistoceno (playas fósiles de Cartagena, Mazarrón y Águilas). Los períodos fríos del Cuaternario, llegan al sur de la Península numerosas especies pertenecientes al elemento eurosiberiano.
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Los diferentes ambientes sedimentarios generados a lo largo de la historia geológica de Murcia generaron una elevada variedad geoquímica y de sustratos. La biodiversidad pasada y presente se ha tenido que adaptar a esta geodiversidad química y litológica, en numerosas ocasiones generando ecosistemas especiales y escasos en nuestro Planeta. Ambientes extremófilos, con aguas muy ácidas o básicas, o anóxicos, carentes en oxígeno, en este caso con una actividad orgánica especial que dio lugar a hidrocarburos, azufre y fósiles orgánicos. Ambientes que dieron lugar a rocas, los sustratos para la flora, que presentan la acumulación de determinados compuestos (cloruros, yesos, dolomita, metales pesados) tóxicos para numerosas especies, por lo que se establecen comunidades especiales cuya distribución queda muy ligada a la presencia de ellos.
En definitiva, son los distintos episodios de la historia geológica de Murcia, junto con la evolución biológica, los factores que pueden explicar de manera eficaz el origen de nuestra biodiversidad. Los primeros han proporcionado tanto una gran variedad de ambientes (sustratos litológicos, pisos bioclimáticos, orografía), generalmente muy fragmentados, como las vías de entrada de material genético de otros territorios. Los segundos han seleccionado los genotipos capaces de vivir en cada uno de esos ambientes.
El matrimonio bien avenido durante cientos de millones de años de la diversidad biológica y geológica se plasma en nuestra región en una gran variedad de hábitats, en uno de los territorios de mayor diversidad en flora vascular de Europa en proporción a su superficie y en un gran número de excepcionales yacimientos paleontológicos de gran interés científico, cultural e incluso geoturístico.