Campo de San Juan
Orquídea Listera ovata, raro elemento eurosiberiano que solo encontraremos en los arroyos y fuentes mejor conservados del Noroeste.
José Antonio López Espinosa

    Las comunidades hidrófilas, término mejor para describir los tipos de esta vegetación, son ambientes de estructura muy diversa y heterogénea, que comprenden formaciones vegetales incluibles en los tratados anteriormente: bosques, matorrales, pastizales e incluso roquedos. Hay un elemento (físico-químico) que los define, y es el agua: circulante, superficial, con o sin sales, su presencia determina una vegetación azonal, propia y característica, prácticamente independiente del área geográfica y las condiciones climáticas locales.

    Bosques de Ribera

    Los bosques de ribera o en galería están constituidos por diversas especies arbóreas, distribuidas de forma más o menos estructurada a lo largo de una serie de vegetación clara, entre el curso del río y la zona más alejada a este, es decir, desde la zona de nivel freático más superficial al más profundo. En este orden nos encontraríamos con los chopos (Populus nigra), los álamos (Populus alba), los fresnos (Fraxinus angustifolia) y los olmos (Ulmus minor). Estos bosques sólo se presentan en algunos tramos aguas arriba de Cieza y Calasparra del río Segura, en el Cañón de Almadenes y Cañaverosa, respectivamente. El estrato arbustivo que los acompaña suele estar formado por diversas especies de rosáceas espinosas, rosas silvestres (Rosa sp. pl.) y zarzas (Rubus ulmifolius principalmente), la presencia de esta última planta lianoide nos sugiere la potencialidad del bosque de ribera.

    Las choperas de chopo lombardo (Populus nigra var. italica) son habituales de los cursos de agua del Noroeste, donde ha sido plantada en largas hileras junto a pequeños ríos y arroyos para aprovechar el valor maderero de sus fustes. En algunos de estos arroyos y tramo alto del río Segura se presenta el raro álamo bastardo (Populus canescens), de altos y rectos troncos. Nos quedan aun pequeñas alamedas de álamo blanco (Populus alba) en las proximidades de las ciudades de Murcia y Molina de Segura, vestigios de lo que fueron en su tiempo los bosques de ribera a lo largo de todo el Segura.

    Cañaverales

    Los cañaverales de caña común (Arundo donax) forman densos 'muros vegetales' impenetrables entre el río y el terreno adyacente, por ejemplo, las cañas separan el cauce artificial del río Segura y la Huerta cerca de la ciudad de Murcia. Se trata de una gramínea de varios metros de alto, introducida accidentalmente y que sólo por medio de la multiplicación vegetativa de sus órganos subterráneos ha invadido los márgenes de los cauces de agua dulce murcianos más importantes. Es la formación dominante de las riberas del río Segura, incluso ocupa buena parte de la primera línea en los márgenes con tramos de bosque de ribera.

    En los márgenes de numerosos arroyos murcianos, donde no puede establecerse el bosque en galería, las aguas se encuentran flanqueadas por un entramado arbustivo de sauces (Salix sp. pl.), con frecuencia también de muchas pequeñas varas de estas mimbreras en estado juvenil, alternándose con juncales, zarzas (Rubus ulmifolius), y salpicados de chopos lombardos (Populus nigra var. italica).

    En los tramos altos se presentan comunidades de Peucedanum hispanicum y Cirsium monspessulanum, con pata de burro (Tussilago fárfara), diversas orquídeas (Dactylorhiza incarnata, Listera ovata), aguileña (Aquilegia vulgaris) e incluso arces de granada (Acer granatense), como las que se dan en el arroyo de Cantalar, en la sierra de Villafuerte.

    Juncales

    Los juncales de junco o junco churrero (Scirpus holoschoenus), son la vegetación predominantes cuando la circulación de las aguas dulces tiene carácter temporal. Se trata de las formaciones características de prados húmedos en los que baja el nivel freático durante el verano, zonas que se encharcan con frecuencia y regularidad, fuentes, abrevaderos, etc.

    Carrizales

    En las ramblas, donde la circulación de las aguas es temporal o queda reducida a un pequeño hilillo central, se presentan los carrizales de carrizo (Phragmites australis), de estructura similar a los cañaverales, capaces de tolerar cierta salinidad. Se trata de la formación vegetal ligada a cursos de agua dulce o ligeramente salobres mas frecuente de Murcia.

    Saladares

    Los saladares se localizan en zonas donde las aguas, cargadas de sales, se encuentran próximas a la superficie prácticamente durante todo del año. Además se presentan parcialmente encharcados varios  meses. La vegetación característica esta constituida por matorrales crasicaules -de tallos y hojas carnosas- de Arthrocnemum macrostachyum, Halocnemum strobilaceum, Suaeda vera, Sarcocornia fruticosa, etc., y diversas herbáceas perennes, como las siemprevivas (Limonium cossonianum) y sopaenvino (Limonium caesium, L. insigne), entre las que aparece una singular planta parásita, el jopo de lobo (Cynomorium coccineum); estás ultimas también son propias de terrenos margosos algo salinos, donde conviven con escobillas (Salsola genistoides), albardín (Lygeum spartum) y otras, en lo que se denominaría estepas salinas. En las zonas llanas encharcadas, o con aguas de circulación lenta, se presentan juncales de junco o junco marítimo (Juncus maritimus y otros).

    El arbusto, pequeño arbolillo o árbol de mediana talla que salpica los saladares es el taray (Tamarix sp. pl.). Las ramblas salinas o tramos salobres de numerosos rincones costeros y cuencas margosas del interior presentan taráis dispersos, e incluso llegan a formarse tarayales continuos y extensos, como los que pueden observarse en el río Quipar, poco antes de llegar a Calasparra, cerca de los Baños de Gilico, o en las colas de diversos embalses, como el de Puentes, en el tramo alto del río Guadalentín. Las especies más habituales de taray son Tamarix canariensis y T. africana, más puntual se presenta el Tamarix boveana, un raro iberoafricanismo.

    Herbazales

    Los verdes herbazales de a mediados de julio del Noroeste suelen estar representados mayoritariamente por fenalares de boteo (Brachypodium phoenicoides) y son propios de los ribazos más frescos, en torno a fuentes y caños, así como de prados de alta montaña, que se caracterizan por una muy poco frecuente gramínea, Molinia caerulea. Algunos de ellos, que se presentan flanqueados y amenazados de ser invadidos por juncales e incluso por el avance del pinar cercano, albergan plantas tan raras como la lengua de serpiente (Ophioglossum vulgatum) y el ajo de viña (Allium vineale).

    En la sierra de Villafuerte, por ejemplo, en un pequeño prado húmedo de pocos metros cuadrados, se conoce la única localidad de la primera especie y la segunda y mejor población murciana del ajo de viña. Además, a estos pequeños rincones llegan con carácter finícola diversas plantas eurosiberianas, en los que se ha citado recientemente una de estas, Inula salicina.

    Charcas

    En una región como la nuestra, donde la semiáridez es la característica del territorio, las charcas se presentan raramente y cuando lo hacen suelen ser salobres y eutróficas -cargadas de nutrientes-. En ocasiones sus aguas se encuentran completamente invadidas por unas algas denominadas vulgarmente ovas, o bien pueden estar repletas de densos tallos sumergidos de Ruppia cirrhosa, especie que se presenta principalmente en la franja costera.

    Por el interior, ancladas al fondo de las charcas y también del río Segura, nos encontramos con una especie similar a la anterior, del mismo género, Ruppia maritima, que un tiempo cercano (y volverá hacerlo) rebosaba el 'estanque' en que han convertido el río Segura a su paso por la ciudad de Murcia.

    Tobas y rocas rezumantes

    Y finalmente, la comunidad hidrófila de menor extensión y más puntual, las tobas y rocas rezumantes, que suelen estar cubiertas de musgos o bien tapizadas de un helecho de frondes colgantes, el culantrillo de pozo (Adianthum capillus-veneris), junto a este suelen crecer los alfilerillos (Trachelium caeruleum), etc. Son microenclaves similares los márgenes de los caños, sometidos a la salpicadura y el correr de las aguas dulces.