El río Alhárabe es prácticamente el único río de la Región de Murcia que presenta todavía ecosistemas fluviales bien conservados. Presenta una vegetación de ribera con gran riqueza de especies, así como una fauna rica y variada, entre la que podemos destacar la presencia de la nutria. Toda la zona ha sido propuesta por la comunidad murciana como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y su curso y zonas adyacentes han sido catalogados como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
El río Alhárabe nace a 1.440 m de altura, en la ladera meridional de la sierra del Zacatín (Moratalla), unos cientos de metros al oeste de El Sabinar. Tras surcar algunos de los paisajes más hermosos de la comunidad murciana vierte sus aguas a los ríos Benamor y Moratalla, cuyos caudales se incorporan al río Segura 50 km más abajo en las inmediaciones del Santuario de la Esperanza.
Para ser más preciso, el Alhárabe, al que también se le ha nombrado río Grande por ser el más largo de Moratalla, es el resultado de varias fuentes y arroyos que brotan de la sierra del Zacatín y de la serreta de la Torre. Una de ellas, la fuente del Prado, se hace visible en el lavadero público de El Sabinar, una especie de porche cubierto con tejas rojizas para preservar de la lluvia a las escasas mujeres que enjuagan la ropa en las pilas.
El sobrante del agua salva la carretera de Benizar y se esparce por el prado, a veces los hace desmandada y otras por la canaleta que bordea las tapias del cementerio, un pequeño camposanto con media docena de lustrosos cipreses. Pero el verdadero río se desliza perezoso bajo una hilera de chopos, descubre el primer puente y serpentea por los ramblizos del Campo de San Juan, tierra de pastos y cereal.