La lubina o Dicentrarchus labrax, también conocida como robalo, es un pez que habita en el Mar Mediterráneo y en el Océano Atlántico, concretamente desde las costas del Mar del Norte hasta zonas de África como Senegal.
Se trata de un pez fusiforme (en forma de huso) con cuerpo alargado y redondo, robusto y de cabeza puntiaguda. El color de su piel es gris plateado o gris verdoso, brillante, con el vientre blanquecino, dorso gris y laterales claros, en degradación. Posee una zona más oscura cerca de la cabeza que la hace reconocible. En su juventud destacan algunos puntos negros repartidos por su cuerpo, pero cuando alcanza la madurez desaparecen.
Las leyes españolas no permiten la captura de piezas con menos de 36 cm. de longitud, no obstante puede llegar a medir hasta 1 metro, siendo la talla más común entre los 40-80 cm. El peso es muy variable, dependiendo del tamaño, pudiendo llegar a pesar de 4 a 7 Kg. los ejemplares grandes, aunque excepcionalmente se han encontrado lubinas de 12 Kg.
El apelativo que le daban los romanos, Lobo, hace referencia a la voracidad de su alimentación, ya que como gusanos, crustáceos, algas, pulpos pequeños y peces.
Normalmente se pueden encontrar lubinas cerca de las costas y próximas a la superficie, aguas con poca profundidad, buen movimiento de olas, espuma y remolinos. En el comportamiento de esta especie se observa que mientras son jóvenes nadan en grandes bancos y al pasar los años se tornan solitarios.
Desde la década de los 90 del siglo XX se cría en cautividad en algunos países del Mediterráneo para conseguir ejemplares de más peso y mejor rendimiento en los mercados internacionales como Japón, cría en la que se aplican las nuevas técnicas de la acuicultura. Siguiendo un estricto control de las actividades que se realizan, cada hembra puede poner hasta 250.000 huevos por Kilogramo. Las crías en cautividad se alimentan a base de organismos vivos durante el primer mes de vida para continuar con una dieta de piensos secos. Cuando desarrollan un peso comprendido entre 2 y 10 gramos se trasladan a unidades de engorde (jaulas flotantes en el mar, tanques de hormigón, estanques de tierra, etc.).
Propiedades nutritivas y salud
La lubina es uno de los pescados de carne blanca con un porcentaje menor de aportes de grasa ya que sus cifras se aproximan a 1,3 gramos cada 100. A esta característica, beneficiosa para el consumo por parte del ser humano, se le une un elevado contenido de proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales, quedando este pescado entre los alimentos con mayor valor nutritivo tras una elaboración sencilla en cocina, de ahí que forme parte de dietas bajas en calorías.
Las vitaminas del grupo B son las más significativas en la composición de las lubinas, en concreto la B12 se encuentra en este pescado a la altura de niveles de carnes, huevos y quesos. Estas sustancias regulan el aprovechamiento de los nutrientes energéticos, interviniendo en el organismo en la formación de hormonas sexuales, síntesis de material genético y funcionamiento de diversos sistemas del cuerpo humano como por ejemplo el nervioso.
Los minerales que aporta la carne de la lubina en porcentajes mayores son potasio, fósforo, hierro, sodio y magnesio. Se trata de componentes que intervienen en la regulación del sistema nervioso, la actividad muscular, el equilibrio de agua en la célula, formación de huesos y dientes, procesos de obtención de energía y sistema digestivo. Además se ve mejorada la inmunidad y el hierro, en concreto, genera hemoglobina previniendo cierto tipo de anemias.