Er qu'está cogiendo hoja
y no la sabe esmuñir,
Los borrones eja ciegos
y no güerven a salir.
Cudia del árbol
de la morera,
de árbol enfermo
la sea no es güena.
'Er canto der que coge hoja' recogido por Pedro Díaz Cassou en su libro 'El Cancionero Panocho' (Imp. Fortanet, Madrid, 1900)
La morera (Morus alba) es probablemente el árbol mejor conocido de China. Su cultivo se remonta a la antigüedad y según la tradición, si-ling, el emperador de Huangti (2.967 a.c.) enseñó a criar gusanos de seda con hojas de morera a su pueblo.
Todas las partes del árbol (brotes, hojas, tallos, raíces y frutos) son utilizadas en medicina tradicional china desde hace miles de años para el tratamiento de diversas enfermedades, bien solas o como componentes de preparados multi-hierbas.
Tal y como recogen Regnini, R. y col., en su libro 'Piante medicinale. Chimica, farmacología y terapia', el empleo de la hoja de moral y de morera como remedio popular contra la diabetes ha sido tradicional también en algunos países del Este de Europa y en los Balcanes.
Además de los citados usos tradicionales, en Oriente, de las moreras de un año se extraen fibras textiles con las que se confeccionan diversos tejidos.
La madera de morera adulta es granada, veteada, dura y duradera, resistente al ataque de la carcoma, por lo que siempre ha sido muy valorada en ebanistería.
En Murcia todavía podemos encontrar en muchas casas de la huerta y en los anticuarios las tradicionales sillas de madera de morera con el asiento de pleita de esparto o las arcas que contenían los ajuares.
En muchos de estos muebles centenarios podremos comprobar el perfecto estado de la madera, de mayor valor si cabe considerando el ambiente húmedo y caluroso que los ha rodeado todos esos años.
Cuentan los viejos que el momento más idóneo para cortar los árboles y conseguir la mejor madera coincidía con la época invernal y con la luna en cuarto menguante. También con la ceniza de la madera se elabora en China una lejía usada tradicionalmente en problemas de la piel que cursan con descamaciones y granulaciones.
Las hojas de la morera han sido tradicionalmente utilizadas en Murcia para la alimentación del ganado, fundamentalmente de ovejas y cabras cuando llegaban los fríos y escaseaba otro tipo de alimentos.
Sien embargo, como veremos más adelante al hablar de nuevos aprovechamientos de la hoja, este uso se realizaba en la peor época del año respecto del valor nutritivo de la hoja.
Las moreras también han desempeñado un importante papel en la huerta como sujetadoras de la tierra de los quijeros de acequias y azarbes y, en la puerta de las barracas y en los parques y jardines de nuestras calles, como árbol ornamental. Por su carácter caducifolio, dan sombra y frescor en verano, mientras que en invierno dejan pasar los caloríficos rayos del sol.
Las moreras contribuyen también a la biodiversidad ya que tanto sus frutos, las moras, como sus semillas, son comidas por multitud de pájaros e insectos de nuestro entorno.
Por último, en países del Oriente, las hojas tiernas de morera también han formado parte de la dieta de las personas, tanto como ingrediente importante de algunos platos como en infusiones.
Autor: © Julio Pedauyé Ruiz