Los elementos arquitectónicos más importantes son las dos barbetas donde se emplazaron los dos grandes cañones de 260 mm fabricados por la casa alemana Krupp a finales del siglo XIX, cuyos proyectiles podían alcanzar una distancia de hasta 12 km. Las dos explanadas donde se montaron las piezas están muy poco separadas una de otra, y surgen justo bajo el antiguo faro. El frente de las barbetas está terraplenado, mientras que en sus retaguardias se disponen viseras. Destaca precisamente el terraplén del frente, destinado a mimetizar la batería con el monte y a absorber eficazmente los proyectiles indirectos del enemigo.
Los servicios de la batería, como polvorines, repuestos, almacenes, alojamientos, y otras dependencias, se distribuyen en una compleja red de galerías subterráneas dotadas con bóvedas a prueba de bomba. En su exterior, resalta el impresionante muro de contención, levantado con sillería trabada con argamasa de cal que delimita la fortificación en su cara este, y que quizá corresponde con la batería construida previamente.