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Totana

Miguel Marín

Biografía

Miguel Marín (de pie, izquierda) y un grupo de músicos [Totana_Personajes_Miguel Marín]
Miguel Marín (de pie, izquierda) y un grupo de músicos

Juan Miguel Marín Camacho. Totana (Murcia), 24 de junio de 1867 - Totana (Murcia), 13 de mayo de 1929

Juventud y aprendizaje musical

El compositor Miguel Marín nació en Totana, el día 24 de junio de 1867. Sus padres fueron Francisco Javier Marín Vera y Águeda Camacho Pallarés. Sólo tenía una hermana mayor, Casilda, nacida el 16 de abril de 1866. Murió soltera, tras haber residido siempre junto a su hermano.

La residencia de los Marín-Camacho se hallaba en el número 5 de la Plaza del Grifo de Clementa, actual número 1 de la Plaza Miguel Marín.

Se trataba de una familia acomodada, pues el padre era un importante terrateniente y dueño de una tintorería, sita en la Calle Tintoreros (número 4). Ello permitió a Miguel criarse sin penurias económicas, dedicado a su vocación musical.

Llevó a cabo su aprendizaje con el maestro Casamitjana y Peyró, que vivía junto a la casa de Miguel Marín. Con este músico catalán, que en ese momento era director de la Banda de Música Municipal de Totana, recibió clases de solfeo, piano, violín, armonía, guitarra, flauta y otros instrumentos de viento.

Primeras obras y estancia en Madrid

Desde muy joven, Marín tocaba un clave que había en su domicilio y además era organista del Convento de San Buenaventura, regentado por los Padres Capuchinos. Solía componer echado en la cama. Sus primeras composiciones las hizo antes de salir de Totana, concretamente varias obras para piano y banda.

Más adelante marchó a Madrid. Allí amplió sus estudios en la Escuela Nacional de Música (hoy Real Conservatorio). Asimismo cursó la carrera de piano, armonía y composición, en una etapa en que la referida Escuela era dirigida por el maestro Emilio Arrieta.

Reconocimiento dentro y fuera de Totana

A raíz de la muerte de su padre regresó a Totana para cuidar de su madre y su hermana, además de encargarse de los negocios familiares. Ello muestra su profundo sentido del deber familiar y aprecio por Totana. El 22 de abril de 1904 casó con Genara Cayuela Aledo, con quien tuvo dos hijos: Águeda y Francisco Marín Cayuela.

En su patria chica fue nombrado organista de la iglesia arciprestal de Santiago el Mayor, director de la Banda de Música Municipal. Como profesor de los Colegios de las Tres Ave Marías (San Buenaventura) y de La Milagrosa (Hijas de la Caridad) despertó la afición musical entre numerosos totaneros.

Solamente el gran amor que sentía por su tierra natal puede explicar las ofertas que rechazó. En este sentido, fue llamado para desarrollar su talento como compositor musical en Madrid y otras ciudades españolas e, incluso, le reclamó el presidente de la República Argentina.

Su paso por la capital de España y el gran prestigio de su obra le llevaron a trabar amistad con el otro gran músico totanero de la época, Marcos Ortiz, que era director de la banda del Regimiento de Sevilla n.º 33. También cultivó una estrecha relación con el maestro Bretón, que le recomendó instalarse en Madrid, además de con Julio Francés y Francisco González, profesores del Conservatorio de Madrid.

Rasgos de su personalidad

Miguel Marín tenía fama de persona seria, algo que no se ajustaba a la realidad. De hecho, hacía gala de un hondo sentido del humor. A inicios del siglo XX, actuaba como pianista en los cines y teatros locales, así como en los conciertos del Casino de Totana. Marín y su amigo Francisco Cayuela "Frasquitón", hábil ventrílocuo, eran centro de atención de todas las tertulias.

Durante gran parte de su vida, Marín arrastró problemas de salud derivados de una dolencia ciática. Ello le llevaba cada año a tomar baños de aguas termales. De este modo allí donde iba era requerido para amenizar las veladas.

Organista de las iglesias de Totana

Por otro lado, era muy aficionado el músico totanero a escuchar los sermones de los predicadores que pasaban por los templos totaneros. Aquí aparece de nuevo su ironía. De hecho, cuando algún orador prolongaba en demasía su discurso desde el púlpito, Marín tocaba alguna tecla del órgano para advertirle de la situación.

Al hacer esto en una ocasión, el religioso replicó al músico con una frase que causó el regocijo entre la feligresía: "Si el organista tiene prisa, que se vaya". En otro momento tuvo que acortar la letra de una composición religiosa hecha por el maestro Espín, dejando anotado en la partitura: "Por ser muy pesadas las llagas de Espín echó este remiendo Juan Miguel Marín".

Anécdotas aparte, aún se recuerda en Totana que el hecho de que Marín fuese el organista era suficiente atractivo para atraer gran número de personas a las iglesias de la localidad.

Homenajes a un totanero universal

El 13 de mayo de 1929 murió Miguel Marín, a los sesenta y un años. Se cuenta que en el momento de su expiración un apagón de luz eléctrica provocó que Totana quedase a oscuras. Con todo, aún hoy se escuchan, tanto en Totana como fuera, las célebres marchas pasionarias que compuso para la banda de la Dolorosa (que él fundó en 1890) y que han dado una gran calidad musical a la Semana Santa de Totana.

El Ayuntamiento de Totana reconoció a Miguel Marín como uno de sus hijos más ilustres, rebautizando la plaza donde nació con su nombre, además de instalar en ese mismo lugar un busto en su memoria.

Busto y Plaza dedicada a Miguel Marín [Totana_Personajes_Miguel Marín]
Busto y Plaza dedicada a Miguel Marín