La Vía Verde del Noroeste discurre por la antigua vía ferroviaria de la línea que unía las poblaciones de Murcia y Caravaca.

Durante la segunda mitad del siglo XIX el ferrocarril se convierte en un eje fundamental del desarrollo de España, produciéndose durante esta época una importante inversión que permite la construcción de un gran número de kilómetros de vía ferroviaria. Se de la curiosa circunstancia de que el primer ferrocarril español que se puso en marcha fue en la línea Güiness- La Habana en 1837, cuando Cuba era colonia española. La primera línea peninsular en ponerse en servicio unió las poblaciones de Barcelona y Mataró, 11 años después, en 1848.

Las dos fechas claves que marcan la 'vida' de esta línea son, en primer lugar, el 29 de mayo de 1933, cuando la línea se abre al tráfico de pasajeros y mercancías; la segunda es el 15 de enero de 1971, en la que tras casi cuarenta años de servicio, es suprimida y a partir de ese momento ningún tren más circularía por ella.

Sin embargo, a pesar de su corta vida, su construcción y puesta en marcha sufrió un largo proceso que comenzó en 1899 cuando se autoriza a D. Fernando López Rivadeneyra, representante de la Sociedad Belga de Estudios de Caminos de Hierro y Empresas Comerciales e Industrias de España a realizar un estudio en el plazo de dos años sobre el ferrocarril que debería unir las poblaciones de Murcia y Caravaca pasando por Mula.

En 26 de marzo de 1908 se aprueba la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos, lo que facilita la construcción de líneas de ferrocarril denominadas secundarias, lo que supone un importante impulso a favor de la construcción de la vía entre Murcia y Caravaca.

Aunque no fue hasta 1919, año en el que un murciano ilustre unió su nombre a la de esta línea para siempre, Juan de la Cierva. En aquella época, con 34 años, era diputado en representación de Murcia, y su contribución resultó definitiva para la construcción de la línea, llegando incluso a realizar en ese mismo año el anteproyecto de la línea férrea, para dos años después, el 19 de junio de 1921 colocarse la primera piedra, aunque no fue hasta 1933, el 29 de mayo, cuando se pone finalmente en servicio, aunque las obras habían finalizados varios años antes, entorno al año 1931, sin embargo transcurren varios años en el que los distintos servicios que acompañan a la línea se financian y se consiguen implantar y poner en marcha.

Finalmente la línea de 78 kilómetros de longitud y con un desnivel de 657 metros supuso un coste total que superó los 35 millones de pesetas de la época, un coste importante, sobre todo debido a la dificultad orografía del terreno lo que obligó a construir 2 puentes, 14 pontones, 6 túneles y 9 viaductos, además de 12 estaciones, 1 apartadero y 3 apeaderos, como principales obras.

La línea contaba con las siguientes estaciones: Murcia Zaraiche, Espinardo, La Ribera de Molina, Molina del Segura, Alguazas, Molina, Los Rodeos, Campos del Río, Albudeite, Baños de Mula, Mula, El Niño de Mula, La Luz, Bullas, Cehegín y Caravaca.

El principio del fin para la vía es el acuerdo que adopta el Consejo de Ministros del 26 de junio de 1970, para suprimir la línea férrea entre Murcia y Caravaca.

El 15 de enero de 1971, definitivamente, la línea deja de estar en servicio, procediéndose a realizar el desmantelamiento de la vía el 8 de noviembre de 1971 comenzando en Caravaca y finalizando en Alguazas el 5 de junio de 1972, ya que los restantes 15 kilómetros, desde la estación de Zaraiche hasta la de Alguazas se mantuvieron con fines industriales, previa construcción de dos derivaciones.

Posteriormente, en 1978, se procede al desmantelamiento de los tres primeros kilómetros de la línea.

Las noticias de la desaparición de la vía provocaron en la zona reacciones opuestas a la misma, como demuestran los artículos publicados en prensa durante aquellos meses y las diversas declaraciones realizadas por algunas de las autoridades de la zona. Sin embargo, estas reacciones no tuvieron éxito.