En el año 1907, las Fiestas de Primavera de Murcia, entonces conocidas como Fiestas de Abril, tuvieron una duración de cuatro días, desde el Domingo de Resurrección hasta el miércoles siguiente.

    Los actos más destacados fueron el Entierro de la Sardina, que incluyó varias novedades, la Batalla de las Flores en la que se entregaron suculentos premios en metálico y la corrida de toros, si bien esta última (que presentaba un excelente cartel) contó con menos espectadores de los previstos debido a que la lluvia retrajo a muchos visitantes.

    Un menor protagonismo que los festejos antes citados tuvo el Bando de la Huerta, cuya organización se decidió cuando apenas quedaba un mes para la Semana Santa. Su celebración fue posible gracias al entusiasmo de unos jóvenes de la ciudad. 

    El 29 de enero, "El Liberal" recogía un artículo de Martínez Tornel en el que el conocido periodista murciano mostraba sus dudas acerca de la celebración de las fiestas. "Estamos convencidos de que estos festejos deben sostenerse en bien de la población. Se iniciaron para complemento del atractivo que tienen nuestras fiestas religiosas de Semana Santa, con sus famosas procesiones; y se han sostenido porque se ha visto, efectivamente, que con ellas se ha aumentado el contingente de forasteros y de paisanos ausentes que en estos días nos visitan. Y coexistiendo los motivos de origen, es natural que no haya motivo este año para desistir de hacerlas. Sin embargo, es preciso confesar que se nota este año en los siempre entusiastas partidarios de estos festejos un gran desaliento". Como medio para sufragar las fiestas, Martínez Tornel proponía los donativos por suscripción popular y una cantidad económica que debería de entregar el propio Ayuntamiento.

    Apenas unos días después, Antonio López Gómez, Alcalde de Murcia, se puso manos a la obra y organizó una asamblea en la que se nombró a Gaspar de la Peña, Presidente de la Junta encargada de organizar el Entierro de la Sardina. Sin embargo, éste rehusó porque ya lo había sido una vez "y se tiene admitido implícitamente que no podrá ser presidente de la Sardina el que ya lo hubiera sido otra vez, principio inconcuso de derecho sardinero perfectamente racional puesto que para cada año se necesitan nuevos bríos y nuevas iniciativas para llevar a efecto como se merece Murcia, su típica fiesta."

Cambio en la alcaldía

    La renuncia de Gaspar de la Peña provocó una reacción en cadena, pues todos los miembros ("peces") elegidos en la asamblea del domingo 3 de febrero dimitieron de manera irrevocable. Estaban dispuestos a participar en la celebración, pero no a figurar en el gobierno. La renuncia de los miembros de la Junta Sardinera estuvo acompañada de un cambio en la alcaldía, pues a principios de febrero, Jerónimo Ruiz Hidalgo relevaba a Antonio López Gómez al frente del consistorio murciano.



    Dada la importancia que habían adquirido los festejos, el nuevo Alcalde instó a varios miembros destacados de la sociedad murciana a que organizaran los eventos tradicionales. El lunes 11 de febrero se sentaron las bases para la celebración de la corrida de toros de la que se encargarían los miembros de la sociedad "La Peña", presidida por Gerardo Murphi.

    Con el objetivo de ofrecer una corrida de alto nivel, sus representantes abrieron una suscripción que aquel mismo día alcanzó las 3.000 pesetas, cantidad a la que se habría de unir otras 3.000 que ofrecía el Ayuntamiento. Los organizadores proyectaban traer a los mejores matadores del momento, Fuentes, Machaquito y Bombita, o al menos a dos de ellos. Asimismo, acordaron que si hubiera algún beneficio económico éste iría íntegramente a la Asociación de la Cruz Roja.

Confección del programa

    Paralelamente, se celebró otra reunión en el Hotel Universal en la que se designó a Joaquín Abellán Alcántara, conocido comerciante de la ciudad, Presidente de la Junta Sardinera.

    El martes día 12 de febrero, los organizadores de los festejos se citaron en la alcaldía con el fin de ultimar los eventos de las Fiestas de Abril. En este encuentro se decidió incluir en el programa de festejos un baile que se habría de celebrar en los salones del Ayuntamiento (al margen del Baile Blanco que ya se había celebrado el año anterior y que habría de tener lugar en el Teatro Circo). Del mismo modo, los asistentes acordaron que habría Entierro de la Sardina, Batalla de las Flores y Corrida de Toros como elementos angulares. La celebración del Bando de la Huerta quedaba en suspenso.

    Con el fin de ultimar los preparativos de las Fiestas de Abril, y de confeccionar el programa definitivo, el domingo, 24 de febrero se celebró un banquete en los salones del Restaurante Amat. La novedad más importante es que, a petición de Pedro Jara Carrillo, se acordó que se celebrase el Bando de la Huerta pues había un grupo de jóvenes de la localidad que estaban dispuestos a organizarlo.